Agosto negro para Morena

Agosto fue un mes crítico para Morena, marcado por escándalos que contradicen su discurso de austeridad y anticorrupción.


Juan Ortiz

Agosto ha sido un mes negro para Morena. Los escándalos se acumularon como fichas de dominó: unos heredados de julio y otros nuevos, pero todos con el mismo efecto: exhibir contradicciones en el discurso oficial de la austeridad, la honestidad y el combate a la corrupción.

LA JUSTA MEDIANÍA

La primera chispa vino de julio, pero estalló en agosto: Andrés Manuel López Beltrán, Andy, hijo del expresidente, apareció en una investigación de Aristegui Noticias con facturas que revelan gastos por más de 177 mil pesos en un viaje a Tokio, incluyendo una cena de 47 mil pesos en uno de los hoteles más exclusivos.

Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, terminó exhibido por su propiedad en Tepoztlán, valuada en 12 millones de pesos. Su defensa: “Si antes fui franciscano fue porque era pobre, no por elección”.

En paralelo, Mario Delgado, secretario de Educación, fue señalado por adquirir un departamento de 15 millones en Paseo de la Reforma, registrado en su declaración inicial por sólo 1.5 millones. Aclaró que fue “un error de captura” y corrigió meses después, pero el daño estaba hecho.

Y no faltó quien alegara persecución. Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Cámara de Diputados, fue cuestionado por asistir con su esposa a una fiesta VIP de la Fórmula 1, donde cada boleto costaba 170 mil pesos. Su defensa: fueron “cortesías de Club 51”.
Cada caso revive la misma pregunta: ¿qué queda del discurso de “vivir en la justa medianía”?

DESGASTE LOCAL

También hubo malas noticias a nivel local. En Veracruz, la gobernadora Rocío Nahle respondió al caso de la maestra jubilada Irma Hernández, víctima de secuestro y tortura, minimizando la indignación ciudadana con la frase: “Después de ser violentada, desgraciadamente padeció un infarto, les guste o no”.

En Campeche, tres periodistas fueron obligados por orden judicial a leer disculpas públicas a la gobernadora Layda Sansores, acusados de violencia política de género por comentarios en redes.

El mes también dejó episodios de nepotismo: Ignacio Mier, vicecoordinador en el Senado, reconoció su parentesco con el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, aunque lo redujo a “primos lejanos”, después de que el mandatario cerrara la puerta a cualquier pariente en la sucesión de 2027.

Y en Sonora, el gobernador Alfonso Durazo nombró como secretario particular a Luis Rogelio Piñeda Taddei, hijo de la presidenta del INE, Guadalupe Taddei.

A eso se sumó la revocación de visas a funcionarios mexicanos: Norma Alicia Bustamante, alcaldesa de Mexicali; su esposo, Luis Samuel Guerrero, y el alcalde de Nogales, Juan Francisco Gim.

Y en el sureste, el Tren Maya volvió a descarrilar. Es el tercero desde su inauguración. El proyecto, que prometía modernidad, acumula sobrecostos, pérdidas millonarias y videos de pasajeros evacuando a pie sobre las vías.

EL SALDO

En medio de todo esto, Claudia Sheinbaum declaró que “se acabó la corrupción”. Pero casi al mismo tiempo, Mexicanos Contra la Corrupción reveló que el nuevo organismo Alimentación para el Bienestar repite el modelo de Segalmex: contratos simulados, empresas fantasma y hasta identidades robadas para firmar contratos de hasta 2 mil millones de pesos.

Agosto dejó a Morena contra las cuerdas de su propia narrativa. Entre viajes dorados, propiedades millonarias, nepotismo disfrazado, descarrilamientos simbólicos y reales, el movimiento gobernante se vio obligado a explicar lo que antes criticaba. Pero tiene un salvavidas: nadie en la oposición está capitalizando sus fallas.

EL DATO INCÓMODO

El Registro Nacional de Población asegura que 27 millones ya tramitaron la CURP biométrica. Pero entre la prisa política y la falta de transparencia, la duda es inevitable: ¿cifras reales o números alegres para empujar a más ciudadanos a registrarse?