Ahonda sequía por más de tres años La Niña: UNAM

PATRICIA RAMÍREZ   Aunque la sequía que afecta severamente a los estados del norte de México es causada, principalmente, por “La Niña”, fenómeno climatológico extendido inusualmente por tres años consecutivos desde 2020 y se mantendrá hasta finales de 2022, también hay aspectos sociales que inciden en la profundización de la crisis por falta agua, expusieron

Continue Reading →



PATRICIA RAMÍREZ

 

Aunque la sequía que afecta severamente a los estados del norte de México es causada, principalmente, por “La Niña”, fenómeno climatológico extendido inusualmente por tres años consecutivos desde 2020 y se mantendrá hasta finales de 2022, también hay aspectos sociales que inciden en la profundización de la crisis por falta agua, expusieron especialistas de la UNAM.

El informe más reciente del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas señala que ninguna de las 210 presas principales de México estaba al 100 por ciento de su llenado: 117 a menos de 50 por ciento; 61, entre el 50 y 75 por ciento de su capacidad; y 32 estaban arriba del 75 por ciento sin alcanzar su capacidad total.

La investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, Christian Domínguez Sarmiento, explicó que climatológicamente lo que está sucediendo es algo muy raro, pues hacía más de 20 años sin que se prolongara tanto ese fenómeno de La Niña. Esto impacta en la disponibilidad de agua en el norte y cambia los patrones de vientos y lluvias a nivel mundial.

Citó reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), donde se indica que ha llovido 20.8 por ciento menos en el país desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 29 de mayo de 2022, con respecto al promedio histórico para ese mismo periodo.

Asimismo, las del Sistema Cutzamala (El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria) usadas para abastecer parte de la zona metropolitana del Valle de México se encontraban al 42.7 por ciento de su nivel de llenado, 17.4 por ciento menos que el histórico para esa fecha.

“Al haber menos lluvias, la radiación entra de manera directa al territorio mexicano y hace que se evapore el agua, lo que genera que se reduzca el nivel de las presas”, expuso la investigadora del Departamento de Ciencias Atmosféricas.

Detalló que el Servicio Meteorológico Nacional reporta que 77.68 por ciento de la nación tiene alguna condición de sequía, y 32.42 por ciento se encuentra en sequía severa, aunque este último porcentaje es menor al registrado en 2021, cuando 54.8 por ciento del territorio nacional estaba en esa condición.

“Aunque el porcentaje del territorio bajo estas condiciones de sequía severa es menor, el problema está muy focalizado en los estados del norte. Ha existido mayor entrada de radiación directa, en comparación con el promedio de 1981 a 2010 en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, parte de Chihuahua, Sinaloa, un poco de Sonora, San Luis Potosí, Durango y Zacatecas”, abundó.

De acuerdo con los escenarios a futuro sobre el cambio climático, Domínguez Sarmiento estimó que las regiones del norte sufrirán sequías más frecuentes y extremas. Por ello, es importante que los tomadores de decisiones utilicen los pronósticos climáticos, que permiten –con tres meses de antelación– saber cómo vendrá la temporada de lluvias, así como conocer cuándo habrá menos lluvias que el promedio histórico y determinar medidas preventivas.

Respecto a la crisis de agua que vive la ciudad de Monterrey, Nuevo León, la tercera urbe más importante de México, la experta universitaria consideró que es adecuado construir una tercera presa –adicional a El Cuchillo y Cerro Prieto– para dotar del líquido, aunque la media no resolverá el problema de sequía a largo plazo, como tampoco lo harán las medidas de emergencia, como trasladar agua de un estado a otro.

A su vez, la coordinadora universitaria para la Sustentabilidad, Leticia Merino Pérez, subrayó que México enfrenta un panorama desastroso en este tema. “Creo que la política del agua ha generado una bomba de tiempo, que nos está estallando”, dijo.

La doctora en Antropología, dedicada a la investigación al uso integral y sustentable de los recursos naturales, refirió que a partir de que inició el sistema de concesiones, con la Ley de Aguas Nacionales en 1992, ha aumentado el acaparamiento del recurso y hay más agua concesionada que la que está disponible en muchas cuencas.

En este sentido, acotó que se estima que ocho grandes usuarios son dueños del 80 por ciento del agua concesionada y ese acaparamiento impide que el líquido esté disponible para una cantidad importante de municipios y ecosistemas. Si a las crisis provocadas por la aridez y el cambio climático se añade la falta de acceso de la gente al recurso, el problema es tremendo, dijo Merino.