Enviado / París, Francia.- Por las bocinas de la Bercy Arena comenzó a sonar “LALALALA” (2023) de Stray Kids. De pronto, Alexa Moreno miró hacia el frente y sacudió el polvo de magnesio que su azulado fleco para comenzar a moverse con esa particular estética que la ha caracterizado desde sus inicios en la gimnasia. La actuación de la nacida en Mexicali, Baja California fue como ella deseó, con intentos de algo magnífico, porque de no haberlo intentado, se habría quedado con una espina clavada y hubiese perdido precisamente la esencia que siempre la caracterizó.

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Las redes sociales se incendiaron con mensajes alarmistas de que Moreno Medina había caído al piso en una rutina. Su sonrisa, sin embargo, reflejaba esa indiferencia a las críticas que convirtió a la atleta en una de las figuras más respetadas del deporte mexicano debido a su inquebrantable tenacidad, misma que relució en su debut y despedida en los Juegos Olímpicos de París 2024.

En los días previos a la presente está veraniega, Alexa Citlali amagó con que podrían ser sus últimos Juegos, porque la tercera casi siempre es la vencida, sobre todo cuando se trata de la más alta competencia. La gimnasta de 29 años de edad sufrió diversas lesiones en este ciclo olímpico, al grado que incluso se retiró momentáneamente de las pistas. Y pese a todo, volvió para demostrar que su talento es tan grande, que pese a no atravesar por su mejor momento, le alcanzaba para volver y tener un último baile.

Pero la nave en la que voló Moreno sobre París sufrió una fuerte turbulencia desde el inicio de su recorrido y hasta el último instante. Tan solo en la etapa del All Around, dejó escapar un par de prometedoras chances en el salto de caballo —la especialidad de la casa— y tampoco pudo en los aparatos. Y sí, la de Mexicali sufrió una caída de la viga de equilibrio, lo que le costó pagar una fuerte suma de puntos para la clasificación y no pudo colarse a la ronda final.

Alexa había sido cuarta en el salto de los pasados Juegos Olímpicos de Tokio, pero esta vez sacó el rosario para rezar durante toda la competencia para intentar recuperar lo perdido. Lo cierto es que finalizó a solo 50 milésimas de obtener un cupo en la siguiente ronda y ahora, solo una descalificación o lesión de alguna finalista podría impulsarla a ese grupo selecto. Como sea, ella sonríe, pues pudo sumar tres participaciones olímpicas seguidas cuando nadie creía en ella y supo convertir las burlas en el combustible que la hizo volar.