América ni siquiera tuvo que esforzarse para ganar su primer Clásico del año, al derrotar 0-2 a unos Pumas que no se cansan de avergonzar a su afición, en juego disputado en el Estadio Olímpico Universitario.
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Además, el equipo de André Jardine pudo volver a la victoria en el Clausura 2025, luego de dos encuentros en los que perdió ante Necaxa y empató con León.
El triunfo, le aseguró de nueva cuenta al Tricampeón el subliderato del certamen, porque León ganó su partido y sigue en la cima de la clasificación.
En tanto, estos Pumas llenan de lágrimas a su afición; de por sí ya golpeada por 14 años sin títulos, el ver a un equipo muy pobre, gris, que no trasmite nada, afecta profundamente a una afición que si bien toda la vida ha sido fiel, pide a gritos que al menos corran al técnico Gustavo Lema.
Y con resultados como estos, no hay manera de sostenerlo, si bien la directiva se empecina en hacerlo, aunque este resultado bien pudo haber sido la gota que derramó el vaso en el Pedregal.
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Para este encuentro no hubo sorpresas; los pronósticos que ponían al América victorioso se cumplieron dada la superioridad del Tricampeón, además de que Pumas presentó un total de seis bajas todas por lesión.
Sin embargo, ese tema ni desmerece la victoria americanista, ni justifica el desastre que es Pumas; porque estos felinos, así tuvieran a todos sus jugadores principales disponibles, tampoco transmiten nada a su afición.
El primer gol del América cayó al 23′ por medio de Israel Reyes, quien simplemente empujó la pelota dentro del área, luego de que entre el colombiano José Caicedo y el portero Alex Padilla, (quien debutó en la Liga MX), ni se hablaron y chocaron entre sí.
Ya con el 0-1 a favor, la cancha estaba totalmente inclinada para el visitante; aunque antes de la hecatombe felina, Nacho Pussetto tuvo para poner el 1-1 pero su tiro reventó el poste.
A instantes de terminar la primera parte, se fraguó la tragedia puma. Piero Quispe le entró de manera temeraria a Erick Sánchez y el árbitro Fernando Hernández no dudó en sacarle la roja.
La jugada fue pegada a la línea de banda y justo a la altura de la banca de Pumas, por lo que el técnico Gustavo Lema vio la acción en primera fila y consideró que la roja era un despropósito.
Se le fue la boca al entrenador argentino y el “Curro” Hernández no dudó en de inmediato también sacarle la roja, por lo que el aún técnico auriazul se fue pronto del juego en la bien pudo haber sido su última imagen como técnico felino.
Minutos antes de la roja a Quispe, Nacho Pussetto también coqueteó con irse expulsado por una durísima falta a Alan Cervantes; sin embargo, el silbante tuvo otro criterio y solo le sacó la amarilla.
La debacle universitaria no es problema del América, que hizo lo que le correspondía para consumar su victoria. Apenas pasaron tres minutos después de iniciado el segundo tiempo, cuando Álvaro Fidalgo consumó el 0-2, gracias a la muy mala marca felina.
Lo que restó de partido, solamente fue para que América se regocijara y, si podía, consiguiera más goles para humillar a uno de sus máximos rivales, cuya grandeza cada vez más está en tela de juicio.
Al 70′, el Chiquito Sánchez metió el 0-3, pero el gol fue anulado por posición fuera de juego, aunque para como estaban las circunstancias del cotejo, solo era cuestión de tiempo para que cayera uno más, pero ya no sucedió.
Fue tal la desazón y decepción de la afición de Pumas, que más de diez minutos antes de acabar el juego, varios aficionados decidieron dejar el estadio para emprender el camino a casa. Además, se registraron broncas y golpes en una parte de la zona del palomar, entre aficionados del equipo local.
Y en tanto, el americanismo gozó una noche más de alegría, gracias a un equipo que los representa totalmente en el campo y que siempre se brinda de la misma manera, sea en el campo que sea. Además, le regaló un triunfo ante los felinos, algo que no consiguió en todo el año pasado.

Foto: Aracely Martínez / Ovaciones 


