América remonta al Cruz Azul y jugará la Final ante Toluca en busca del tetracampeonato

América pasó por la posición en la tabla y juagrá la final ante Toluca



Foto: Aracely Martínez

El Ave de las Tempestades ha vuelto a volar cuando el cielo parecía más celeste. Al Cruz Azul le pesó toneladas la paternidad que el América presume desde hace 26 años en Liguillas sobre los cementeros, y cayó eliminado por tercer torneo consecutivo a manos de su más odiado rival, que enfrentará al Toluca en su cuarta Final consecutiva en busca de un histórico tetracampeonato.

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Las Águilas vencieron por 2-1 a La Máquina (global 2-2) y avanzaron a la Gran Final del torneo Clausura 2025 de Liga MX. Lo han logrado nuevamente en medio de un ambiente polémico debido a un penal que terminó por abrir la puerta de un Kevin Mier que hasta entonces parecía imbatible.

Pero más allá de la controversia, los amarillos dominaron el juego con un 68% de posesión y el triple de remates al arco. Y de esa forma, con goles de Henry Martín y Christian Borja, los cremas están de vuelta en una serie por el título, que significaría el número 16 en sus vitrinas.

Las Águilas comenzaron con un abrumador dominio de la pelota. Y apenas en la primera jugada, Henry Martín sirvió de poste en un servicio largo, cabeceó para habilitar a ‘Chiquito’ Sánchez, quien ganó un tiro de esquina que, si bien desaprovechó el cuadro milloneta, era la muestra de la bravura con la que afrontarían el resto del compromiso.

La Máquina sabía que no podía dejar que invadieran su campo tan pronto y adelantó líneas. Entonces fue Orozco Chiquete el que se fue al frente en una jugada de pizarrón y devolvió el favor con un córner también infructífero para los celestes.

Alejandro Zendejas recibió un cambio de juego del siempre distinto Álvaro Fidalgo. El exjugador de Chivas centró con parte interna y en segunda instancia la pelota cayó en los pies de Kevin Álvarez, cuyo remate de parte interna fue fácilmente atrapado por su tocayo Mier.

Pero los de Coapa seguían al frente. Ya fuera por una u otra banda, pero el bombardeo se intensificaba de manera alarmante para La Máquina conforme a avanzaban los minutos.

Un fogonazo de Víctor Dávila fue salvada por Mier, quien tenía bien resguardado su primer palo, pero el rebote le cayó de nuevo al chileno. ‘El Toro’ centró a la olla adonde Henry se elevó por los cielos para ejecutar un imponente remate de cabeza que el público ya cantaba como gol. Pero otra vez el cancerbero colombiano se vistió de Miguel Marín para realizar la atajada de la serie.

Los tricampeones comenzaron bailar samba. Una jugada con toques cortos entre Henry y Fidalgo dejó a Sánchez en posición franca de gol, pero el ex Pachuca quiso habilitar en vez de disparar a gol y desaprovechó un Tiki Taka que se quedó en nada.

Pasados los primeros 25 minutos de juego, nuevamente la ingeniería azulcrema fabricó una jugada perfecta en la que ‘La Bomba’ disparó y Kevin alcanzó a rozar la pelota que hizo vibrar por minutos el poste después del remate que levantó de su asiento al graderío del renombrado Estadio Azulcrema.

Tuvo que llegar una pelota parada poco antes de la media hora de partido para que Cruz Azul por lo menos pisara el área vecina. El intento no prosperó y Vicente Sánchez no para a de gritar, desesperado por el flojo accionar de sus pupilos.

Una jugada después, en otra visita amarilla a tierras celestes, Martín se dejó caer apenas al sentir el contacto de Gonzalo Piovi, pero el árbitro central optó por no marcar la pena máxima, pese a los airados reclamos desde el banquillo local.

De pronto, Mateusz Bogusz era el más insistente para los cementeros. Primero, cayó en el área y pidió un penal que no se marcó, y luego envió un servicio al área en un contragolpe que no encontró destinatario para su mala suerte.

Las Águilas comenzaban a desesperar debido a que el gol simplemente no quería caer a pesar de las múltiples llegadas al marco visitante. Henry volvió a quedar a centímetros de una eventual anotación cuando no alcanzó a cerrar la pinza en un interesante balón al área enviado por Zendejas. “¡Hijo de pta, hijo de pta!”, comenzó a gritar la afición crema ante otra caída de Martín en el área que pedían como penal.

Ya para la segunda parte, fue de nuevo Mateusz Bogusz quien generó la primera jugada de peligro en la portería de Luis Ángel Malagón con un poderoso tiro que se pasó de largo, pero que al menos daba un aviso de que La Máquina tenía signos vitales, por más que su accionar en el primer tiempo decía lo contrario.

Cruz Azul era otro al de la primera mitad. Tanto, que apenas 12 minutos después de haber comenzado la parte complementaria, nuevamente el polaco midió un cambio de juego en el área y recentró de primera intención para que Lorenzo Faravelli clavara el 1-0 ante un silencio atroz del Ciudad de los Deportes.

Parecía la debacle azulcrema, pero el Ave de las Tempestades emergió de entre las cenizas con ese eterno estigma del arbitraje de su lado en momentos álgidos. Un error de Ditta al ir hacia atrás, provocó que Mier tuviera que ir por la pelota en una jugada controversial en la que el juez central acudió al VAR y decretó penal tras un supuesto contacto con Rodrigo Aguirre.

La Bomba’ tomó la esférica, acomodó y golpeó fuerte y al centro para igualar la pizarra 1-1 y 1-2 en el global, aún con ventaja celeste tras la Ida. El Estadio Azulcrema volvió a ser una fiesta luego de haber enmudecido unos segundos tras el tanto cementero.

América tenía el momentum del encuentro. Y al minuto 74, nuevamente ‘La Bomba’ hizo estallar el travesaño con un testarazo que de milagro no se fue al fondo de las redes.

Pero era tal el asfixiante dominio de los de Coapa, que la presión terminó por sepultar a los celestes. Ocurrió al minuto 79 en un tiro de esquina en el que Christian Borja ganó la posición y marcó el 2-1 y 2-2 global con el que los emplumados rozaban su cuarta Final consecutiva.

No hubo para más. América fulminó mentalmente a su víctima favorita y los gritos de “¡Cruzazuleada!”, volvieron a sonar con fuerza en los oídos de un equipo celeste que simplemente no sabe cómo exorcizar sus demonios.