AIDA RAMÍREZ

Foto: Galo Cañas/Cuartoscuro.com

El actual gobierno federal decidió transferir o distribuir recursos a toda la población estudiantil, sin observar si eran pobres o ricos, solamente si estaban en escuelas públicas, como “una nueva forma de gobierno. No podemos afirmar si ello fue como una predisposición por razones electorales”, afirmó Rocío Espinosa Montiel, investigadora del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

Sin embargo, aseguró que tampoco se puede aseverar que esta nueva forma de distribuir los recursos ha beneficiado a la población a la que llegan los apoyos, toda vez que se observa en el estudio sobre la Movilidad Educativa del CEEY, que hay un estancamiento en el avance de los años de estudio en las nuevas generaciones.

En entrevista con Ovaciones, precisó que en el estudio se analizaron cinco grupos de población que recibían los recursos, en donde en 2016 y 2018, de la bolsa de transferencias que recibían los grupos I y II (considerados de los más pobres) sumaban prácticamente 60 por ciento.

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“Que tiene sentido si pensamos que estas transferencias pudieran ser un impulso, un apoyo para que las personas -que seguro, además de tener baja escolaridad tienen menores ingresos-, esas transferencias las permitirían a sus hijos continuar con sus estudios.

“Los que vemos a partir de 2020 y 2022 es que esta forma de repartir el dinero ha cambiado. No importa el nivel educativo de tus padres, más o menos, todos los grupos van a recibir la misma cantidad de dinero. Lo que te habla es de una política de distribución de los recursos distinta, que al final es una forma de considerar el dinero, los apoyos”, explicó.

Ante esta situación, Espinosa Montiel alertó que lo que sí se está pasando es que con este apoyo parejo, en donde se beneficiaría a los que más lo necesitan pudiera ser un impulso para que no abandonen los estudios, “pues lo que estamos viendo es que eso no está pasando y que al contrario, no se les está dando el apoyo como en otros años”.

En este tenor, confirmó que es lo mismo que pasa con el apoyo que reciben a partir de este sexenio los adultos mayores, cuando antes recibían dicho dinero quienes no tenían una pensión o jubilación y que tampoco tenía un trabajo.

Ahora, todas las personas mayores de 65 años, sigan siendo empleados, tengan una pensión o jubilación, son beneficiarios de dicha pensión.

“Al final estamos hablando de formas de política social diferente. Se buscaba a aquellos adultos desprotegidos por no haber contribuido a la seguridad social en su momento, o porque desempeñaban tareas de cuidados y no se insertaron al mercado laboral, y ahora lo que se tiene es que importar la condición que se tenga se recibirá el apoyo. Y al final quizá tenemos ciertas personas que no necesariamente requieren este dinero extra -tanto con los adultos mayores como con los estudiantes-, y para las personas más vulnerables este apoyo es igual cuando pudieran necesitar mucho más”, consideró.

La maestra en Economía y Econometría observó que del estudio se desprende que si bien alrededor del 70% logran superar los años de escolaridad de sus padres que en promedio son nueve años, se tiene que 30% de los jóvenes de entre 18 y 24 años de edad, no logran superar dicho grado o se quedan apenas en ese nivel.

“Por lo que en la actualidad tenemos jóvenes que solamente se están quedando, si acaso, con la educación secundaria, cuando sabemos que la educación es un referente para que las personas puedan conseguir mejores empleos y mejorar condiciones de vida, y entonces estamos viendo que se tiene un círculo que no lo va a permitir”, advirtió.

Cuestionada si con la nueva Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares de 2024 (ENIGH 2024) que lleve a cabo el INEGI este año, se tendrá un parteaguas con la aplicación de la llamada Nueva Escuela, consideró que no se obtendrán cifras que cambien, y más bien éstas se mantendrán estables, “las tendencias seguramente se mantienen muy estables, porque los hijos tienen los mismos niveles educativos que sus padres, y para ellos sigue siendo difícil ascender a mayores niveles de escolaridad.

“Y seguramente confirmará la tendencia de esta nueva política redistributiva de las transferencias escolares educativas, en las que vemos que más que enfocarse en aquellos hogares con padres con escolaridad más baja, lo que veremos es una distribución muy equitativa entre todos los grupos –sociales-”, subrayó.