AMLO quiere ser el líder de América

17, septiembre 2021

Andrés Manuel López Obrador sueña con ser el líder de América Latina.

El nuevo libertador.

Por ello quiere deshacerse de la Organización de Estados Americanos (OEA), al servicio de Washington, y crear un nuevo organismo que, dice, en verdad aglutine a los países del Continente y los represente.

Andrés Manuel es así.

Egocéntrico y autoritario.

-A mí no me hagan estatuas, ni le pongan mi nombre a las calles ha dicho reiteradamente en su mañanera de Palacio Nacional, cuando, en realidad, lo sabemos todos, quiere, sueña, con ser reconocido como el libertario de América.

Por eso su discurso virulento contra España; por eso su obsesión con los agravios que sufrieron las culturas y los pueblos originarios.

Por eso su exigencia de disculpas a la monarquía.

Por eso su obsesión con deshacerse de la OEA.

 

Se compara con Hidalgo

El discurso de ayer en el Zócalo en la conmemoración de los primeros 200 años de la Independencia de México, ocurrida allá por 1821, tiene jiribilla.

Mensajes ocultos que deben ser leídos.

Ensalzar a Cuba, al régimen del dictador Fidel Castro, por -presuntamente- soportar estoica el embate del imperio 62 años y pedir a Joe Biden el fin del embargo, es una equivocación de Andrés Manuel, pero él tiene su plan, su estrategia.

Dice que es por hermandad.

-Debe ser reconocida como patrimonio de la humanidad por soportar 62 años el bloqueo, dijo.

La realidad es que detrás de la ayuda humanitaria que le envió apenas en julio, el más grande en décadas, está su plan, su proyecto de que la CELAC (Estados latinoamericanos) apoye su plan de erigirse como el nuevo líder de Latinoamérica.

Y describió cómo el cura independentista “recibió más insultos que ningún dirigente en la historia de México”.

-El cura era defensor del pueblo raso. Hidalgo era un hombre profundamente humano, auténtico cristiano.

No le perdonaron querer igualar a los pobres con las clases altas.

No lo hubieran sacrificado como lo hicieron con Jesús Cristo, dijo.

Paco Ignacio Taibo, titular del Fondo de Cultura Económica, le hizo un recuento de los improperios:

-Endurecida alma, escolástico sombrío, monstruo, taimado, corazón fementido, rencoroso, padre de gentes feroces.

Cura Sila, entraña sin entrañas, villano, hipócrita, refinado, tirano de tu tierra, pachá, lo-cura, imprudentísimo bachiller, caco, malo, malísimo, perversísimo, ignorantísimo bachiller Costilla, excelentísimo pícaro, homicida, execrable majadero, badulaque, borriquísimo, primogénito de Satanás, malditísimo ladrón, liberticida, insecto venenoso, energúmeno, archiloco americano.

-Abrid los ojos americanos, no os dejéis seducir de nuestros enemigos: ellos no son católicos sino por política: su Dios es el dinero y las conminaciones solo tienen por objeto la opresión. ¿Creéis acaso que no puede ser verdadero católico el que no esté sujeto al déspota español?”. En fin, si Hidalgo no hubiese sido auténtico, como lo era, no lo hubiesen sacrificado con tanta saña como lo hicieron con Jesús Cristo.

¿Lo ve?

Habla de Hidalgo, pero, con ese colmillo largo que posee, lo lleva hacia él.

Es un “Hidalgo era así, como yo”.

Ante más de 15 mil integrantes de las Fuerzas Armadas que desfilaron, las fiestas patrias se convirtieron en un acto político.

El discurso de un presidente extranjero, especialmente el cubano, generó polémica.

Y Miguel Díaz-Canel dio a Andrés Manuel, lo que éste ansiaba:

-Gracias señor presidente por la decisión de invitarnos y por manifestarse en contra del embargo, en medio de una agresiva campaña de odio, manipulación y mentiras, dijo.

Y leyó textos de Martí.

Sabe lo que le gusta a Andrés Manuel… y se lo dio.

Y todo frente a Ken Salazar, embajador de Estados Unidos recién llegado.

Por la tarde, muy tarde, Joe Biden, mandatario estadunidense, emitió un comunicado en el que felicita a México, pero nada dice del embargo o bloqueo a la isla.

 

Vámonos: Recuperación, pero la incertidumbre ahí está. Lo dice Banco de México.

 

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