Martín Avilés / Ovaciones
Foto: Martín Avilés
La vida de Ana María Cabrejas estaba predestinada. Así como el pádel surgió de manera imprevista cuando en el patio de la casa de la familia Corcuera en Acapulco no cabía una cancha de tenis y adecuaron una más pequeña que a la postre derivaría en el nacimiento de un nuevo deporte, la capitalina conoció esta disciplina por casualidad, sin imaginar que pronto se convertiría en la mejor padelista mexicana.
Ana María era una asidua jugadora de tenis hasta que a los 15 años decidió alejarse de las pitas. Desanimada, pasó dos años lejos de practicar algún formalmente deporte, hasta que un buen día de suerte, una amiga suya la invitó a jugar al pádel. Y su vida cambió para siempre.
“Fue muy chistoso porque caí de rebote literalmente, una amiga me invitó. Me dijo ‘oye ven a jugar este deporte, es de raqueta’ y yo como que ‘¿cuál?’ y me dijo ‘se llama pádel’. Me metí con ella y ganamos el torneo y desde ahí vi que está muy divertido esto y me fui a representar a México en el Mundial de Menores en Sevilla. De ahí me enganché, entré muy rápido, me seleccionaron muy rápido para representar a México y seguí para representar en los siguientes mundiales”, cuenta Cabrejas en charla con OVACIONES.
A punto de cumplir 33 años, la nacida en Ciudad de México se tomó sumamente en serio esa nueva pasión. Tanto, que se mudó a Europa para poder jugar en el World Padel Tour contra las mejores raquetas del planeta.
“Viví en España cinco años dedicada 100% a jugar en el Circuito Profesional, ahorita también juego el Circuito Profesional pero ahora ya está más globalizado, antes era como que más en Europa, por eso la mayoría vivíamos en España pero ahora se juega en todas partes del mundo, entonces me regresé a México. Es importante irse a Europa por el tema de la formación con entrenadores porque nos llevan ya ventaja a nivel profesional. Es importante jugar aquí los estatales, nacionales. Es importante formarte aquí de inicio pero luego dar el salto a Europa por un tema de crecimiento”, asegura.
Cabrejas ganó bronce en el mundial de menores, una plata en Panamericanos, así como recientemente un bronce en la edición 2023. Ha participado en ocho mundiales absolutos y ha sido parte del top 70 del ranking mundial donde actualmente es la 157. Una historia de perseverancia, al provenir de un país donde, aunque irónicamente se inventó este deporte, era poco practicado hasta hace unos años, aunque no todo ha sido un cuento de hadas.
“Estar lejos de mi casa, sacrificas mucho. Me llenaba muchas más cosas de las que me quitaban. La soledad en el deporte es muy difícil, muy difícil lidiar con el fracaso, es muy difícil fracasa y luego levantarte, y seguir. Muchas veces, mis primeros dos años, dije qué es esto. Entrenaba cinco horas diarias, llegaba a un torneo y no ganaba un partido. Llega un punto en el que se debe de entender que este es un proceso, que jugabas ante las mejores del mundo, pero sí hubo un punto donde dije ‘adiós, gracias’. Pero la verdad es que seguí. He tenido resultados muy buenos, uno cuando hice cuartos en un torneo internacional. Hoy en día estoy jugando mi mejor pádel, en tema deportivo y mental”, recuerda.
Actualmente, el pádel vive un gran auge en México. Cada vez hay más canchas donde se practica, como Contrapared, ubicado al Sur de la CDMX, donde Ana María practica a diario para mantenerse como la mejor padelista del país, un logro que alcanzó a pesar de no contar con todo el empuje que hay ahora para esta disciplina.
“100% me hubiera encantado que a mis 15 años que dejo el tenis, esto hubiera sido un boom y poderme ir a jugar como profesional como ahora las chicas, ahora las españolas empiezan a los 14 años jugando profesional, entonces sí me hubiera encantado pero así tocó y estoy contenta de que ahorita esté creciendo el pádel”, dice.
Fue a finales de la década de los años 60, cuando Don Enrique Corcuera, junto a su esposa Viviana Dellavedova de Corcuera, dieron vida a lo que hoy se conoce como el pádel. En el patio de su casa vio a la luz un deporte que a lo largo de los años ha tenido un crecimiento exponencial debido a sus características, A tal grado que hoy se practica en cada uno de los cinco continentes. Pero bien dicen que nadie es profeta en su propia tierra.
“Es muy triste saber que el deporte es mexicano y qué no tengamos tantos representantes a nivel mundial. Fue difícil empezar una carrera y que no hubiera una Bandera de México arriba de ti que te pudiera echar la mano, yo rompí un poco con eso pero necesitamos a más chicas y chicos que se animen. Ahorita está Camila Ramme que tiene 22 años que también está jugando profesional, está queriendo, como Pablo Padilla también y es importante que reconozcan a estos jugadores jóvenes porque d necesita apoyo, si yo me quiero dedicar a esto y sin apoyo, es muy difícil. Por eso es importante que las marcas de interesen por nosotros, son importantes los patrocinadores y marcas como Oysho que son globales, apoyen a este deporte”, comenta Ana María.
Cabrejas estudió arquitectura de interiores en la universidad Centro, aunque desde hace seis años se dedica de tiempo completo al pádel, por lo que no ejerce su carrera salvo algunas excepciones cuando amiga y familiares le piden su ayuda. De no haber sido por esa perseverancia y sacrificios, quizás el pádel no habría tenido tanta exposición, pues ella ha sido pieza clave para el renacer de esta disciplina en su lugar de origen.
“Es increíble lo que ha crecido últimamente, creo que en los últimos cuatro años o tres ha sido un boom en México, a nivel global hay sido un boom, pero en México ha sido muy claro. A mí me llena de orgullo que ha crecido tanto el pádel, más por esta profesión que me dedico ya hace mucho tiempo y creo que va más; se está volviendo una adicción aquí en México. La Federación de Pádel está separada de la Conade desde hace tiempo, yo nunca recibí ningún tipo de apoyo. La federación ha hecho un trabajo en que crezca el pádel en México. Antes sólo se jugaba en la CDMX, ahora donde más padelistas hay es en el norte y en Mérida”, dice.
Ana María sonríe cada vez que recuerda todo lo que tuvo que pasar para estar en este punto en el que su amado deporte ha renacido en México y a nivel global, al grado que se ha discutido aya si debería incluirse en el programa olímpico.
Ese procedimiento se lleva a cabo unos siete años antes de los Juegos, por lo que se sabe que el pádel no estará presente en París 2024 ni en Los Ángeles en 2028 porque la selección se realizó en 2021. Sin embargo, si el deporte continúa su exponencial crecimiento al ritmo actual, el Comité Olímpico Internacional elegirá los deportes para los próximos Juegos Olímpicos en 2025, donde podría aparecer esta disciplina.
“Hay mucha gente empujando para que el pádel sea olímpico. Yo creo que va a estar, va a llegar, me hubiera encantado que me hubiera llegado en mejor momento. Se juega en todas partes del mundo. Da coraje, me encantaría estar en los Juegos Olímpicos, como con Paola (Longoria). Me gustaría que me recordaran como alguien que inspiró a personas que tomaran la decisión de jugar profesional. Me encantaría terminar mi carrera impulsando el pádel aquí en México, enseñarles el camino. Que vean que sí se puede, hay que tener mucha perseverancia”, finaliza.