Así fue el juego sin hits de Fernando Valenzuela con los Dodgers: “¡Si tienes sombrero, lánzalo al cielo!”

Fernando Valenzuela (1960-2024) dejó un legado imborrable en el béisbol. Su juego sin hits de 1990 coronó una carrera legendaria en MLB.



Foto: Mexsport

Fernando Valenzuela lanzó un juego sin hits a las 10:17 de la noche del 29 de junio de 1990. ¡Si tienes sombrero, lánzalo al cielo!”, se escuchó por la radio a un entusiasta Vin Scully, voz oficial de Los Ángeles Dodgers, después de completarse la victoria de su equipo por pizarra de 6-0 sobre los St. Louis Cardinals. Era la última temporada de ‘El Toro’ con la novena angelina y tenía que despedirse así, como la leyenda que siempre fue. Una joya más a su corona como rey del montículo.

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El zurdo de Etchohuaquila, una localidad de menos de 900 personas enclavada en Navojoa, Sonora, falleció este martes 22 de octubre de 2024. Pero más que nunca, su legado es digno de ser recordado —y presumido— al mundo entero, pues no es sino el retrato vivo de esa enjundia que y tenacidad que caracteriza al pueblo mexicano. Por eso fue que se hizo ídolo, más allá de su prodigioso talento.

Era el más joven de 12 hermanos y no encajaba para nada en el arquetipo de los típicos serpentinos estrella del juego. Con extremidades ciertamente delgadas e inusual altura para un mexicano, el zurdo era robusto, con una postura algo encorvada. Con todas esas particularidades, subía al montículo y se transformaba en un ‘Toro’, con esa bravura única que lo acompañó por la Gran Carpa.

El último gran hito de Fernando Valenzuela

Aquel 29 de junio del 90, en el Dodger Stadium fueron 38 mil 583 fanáticos los que pudieron ser testigos de la historia. Ese mismo día, el excompañero de Valenzuela, Dave Stewart había lanzado un juego sin hits para los Toronto Athletics. Y fue entonces que Fernando lanzó un presagio que hizo creer más que nunca que se trataba de algo más que un simple ser humano.

“Bueno, ya vieron un juego sin hits en la televisión… ahora verán uno en vivo”, aseguró horas antes del juego cuando calentaba su inmaculado brazo izquierdo. Y lo cumplió.

Un legado imborrable

Durante nueve entradas, ‘El Toro’ Valenzuela realizó 119 lanzamientos con siete chocolates y tres bases por bolas ante 30 bateadores. Y luego de dos horas con 41 minutos, el de Navojoa no permitió daño alguno. Ya en el último rollo, un pasaporte puso en riesgo su hazaña. Peor aún cuando en el último batazo, Fernando lo alcanzó a rozar con el guante.

Todo parecía perdido, hasta que apareció un heroico Juan Samuel —guardián de la segunda almohadilla—para atrapar la bola, tocar base y disparar a primera para la doble matanza que encumbró al sonorense como el No-No número 222 en la historia de Las Mayores. ‘El Toro’ alzó sus brazos al cielo y fue así como consumó su último gran hito como Dodger.