El Barcelona se coronó campeón de la Copa del Rey en una final épica contra el Real Madrid, que terminó 3-2 después de tiempos extra. Aunque el partido estuvo marcado por la polémica arbitral, con quejas por decisiones cuestionables, el árbitro Ricardo de Burgos logró mantener el control del encuentro.

La tensión por las jugadas divididas era palpable en cada rincón del estadio, y cada acción polémica generaba debates en la grada. Un momento crítico fue una mano de Valverde dentro del área, que no fue sancionada debido a que no fue intencional, lo que desató más controversia.

El Barcelona se adelantó en el marcador gracias a un golazo de Pedri en el minuto 28, tras una jugada de lujo entre él y Lamine Yamal, que permitió al mediocampista disparar al ángulo izquierdo. Sin embargo, el Real Madrid no se quedó atrás y, después de varias jugadas peligrosas, logró empatar en el minuto 70 gracias a un potente disparo de Mbappé desde fuera del área, tras una falta cometida sobre él. El ambiente en la Cartuja de Sevilla era eléctrico, con ambos equipos luchando por el dominio del partido.

Las polémicas continuaron cuando el árbitro sancionó un penalti en favor del Real Madrid, tras una falta de Iñigo Martínez sobre Vinícius Júnior, pero la jugada fue anulada por fuera de lugar.

El juego se intensificó aún más con la entrada de Mbappé y otros cambios tácticos por parte de Flick, lo que permitió a los blancos generar más ocasiones frente al arco de Szczesny. Sin embargo, fue el Barcelona quien dio la sorpresa con una jugada rápida de Ferran Torres, quien aprovechó un error de Courtois para igualar el marcador 2-2 en un final de infarto.

Cuando parecía que el encuentro se decidiría por penales, en el agregado, el árbitro pitó un penalti a favor del Barcelona, tras una caída de Raphinha en el área. Sin embargo, tras la revisión del VAR, la decisión fue revertida, lo que llevó el partido a tiempos extra.

A pesar del cansancio evidente de ambos equipos, la tensión seguía en aumento y la final se volvía aún más impredecible. Las jugadas ofensivas eran escasas, y el equipo que cometiera el menor error se llevaría la victoria.

Finalmente, en el segundo tiempo extra, el Barcelona logró marcar el gol decisivo que selló su victoria. Jules Koundé robó un balón en la zona media y, con una jugada individual, disparó desde fuera del área para vencer a Courtois y poner el 3-2 definitivo.

Con este gol, el Barcelona se alzó con la Copa del Rey en una final llena de emociones, polémicas y momentos decisivos. La victoria fue el resultado de un juego de mayor calidad y determinación por parte del equipo catalán, que supo capitalizar los errores del Madrid.