Antes aliadas, hoy rivales. La disputa por la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha roto una alianza clave: la de Yasmín Esquivel y Lenia Batres.
Hasta hace unos meses, votaban en bloque. Hoy, el conflicto está abierto. La elección del 1 de junio no solo decidirá quién preside la Corte, sino quién controla el Poder Judicial en el sexenio de Sheinbaum.
EL CHOQUE
El 12 de marzo marcó el punto de quiebre. Lenia Batres se levantó y salió de la sesión privada de la Segunda Sala. ¿El motivo? Los otros ministros votaron para excluirla de un caso clave: el amparo de Ricardo Salinas Pliego contra la Unidad de Inteligencia Financiera.
La razón oficial para dejarla fuera fue que Batres había publicado mensajes contra el empresario en redes sociales. Para la ministra Esquivel, su compañera había perdido la imparcialidad.
“Si anticipamos opiniones sobre un asunto que debemos juzgar, perdemos la imparcialidad”, argumentó Esquivel. Su voto fue determinante para dejar fuera a Batres, aunque intentó minimizarlo.
La escena fue un golpe público. Hasta hace unos días, las dos votaban en bloque dentro de la Corte, alineadas con la cuarta transformación. Pero ahora, Esquivel había cerrado filas con otros ministros para aislar a Batres.
La reacción no tardó en llegar. Lenia Batres no asistió a la siguiente sesión pública. En redes sociales, las cuentas obradoristas empezaron a atacar a Esquivel, acusándola de “traición”.
SCJN, EN LA MIRA
El conflicto en la SCJN no es solo por un caso de Salinas Pliego. Es una guerra por el control del Poder Judicial. Y dentro de Morena, la pelea es evidente. Hay dos facciones que empujan a sus candidatas.
Lenia Batres representa al morenismo más radical. Su respaldo viene del ala dura de la ‘4T’, aquellos que siguen el discurso de López Obrador sobre el “pueblo contra la élite judicial”.
Yasmín Esquivel, en cambio, está en la órbita de Claudia Sheinbaum. Su base de apoyo viene de los grupos que buscan consolidar una estructura leal a la nueva Presidenta. En su equipo está Arturo Zaldívar, exministro y hoy coordinador de Política y Gobierno en Palacio Nacional.
¿QUIÉN VA GANANDO?
El conflicto entre Batres y Esquivel no es nuevo. Ya habían chocado en otro caso, cuando Batres acusó a Esquivel de presentar un proyecto que podría costarle al erario más de 9 mil millones de pesos. En esa ocasión, la presidenta de la Corte, Norma Piña, tuvo que intervenir para calmar los ánimos.
Pero ahora, el enfrentamiento ya no es solo en los tribunales. Las dos están en plena campaña para quedarse con la SCJN.
Las encuestas empiezan a marcar tendencias. Según El Financiero, Esquivel tiene el 15% de apoyo, Batres el 12% y Paula García Villegas el 11%. En la medición de Info Point, difundida por PollsMX, Esquivel aparece como la favorita con el 29% de respaldo ciudadano. La ventaja es mínima, pero marca el ritmo de la contienda.
EL FRENO
El 14 de marzo, Claudia Sheinbaum intentó apagar el fuego. En conferencia de prensa, respaldó a las tres candidatas más fuertes: Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz.
“Yasmín es una buena ministra, Lenia también, y Loretta también. Ellas han defendido las posiciones que hemos planteado”, declaró.
Con esta decisión, Sheinbaum manda un mensaje fuerte: no quiere que la pelea entre Batres y Esquivel se salga de control antes del 1 de junio.
Sin embargo, la fractura ya está hecha. La pugna por la SCJN es el siguiente gran choque dentro de la ‘4T’. La pregunta no es si habrá ganadora, sino cuánto costará la derrota de la otra.