Independientemente de los acuerdos que haya alcanzado el gobierno con  grandes empresas productoras de algunos alimentos, así como con tiendas departamentales para mantener el precio bajo de dichos productos, ello no ha sido suficiente, toda vez que el costo de la canasta básica alimentaria de marzo a abril es de mil 904.67 pesos.

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Lo anterior,  confirma un alza por segundo mes consecutivo, ahora de 15.24 pesos, una variación al alza de 0.81%, duplicándose el incremento, toda vez que de febrero a marzo se observó un alza de 7.44 pesos, esto es, 0.40%, y evidenciando que, al menos el bistec de res es casi inalcanzable en los hogares más vulnerables, al costar ya 208.00 pesos el kilo, indicó la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC). 

En este sentido, los productos que más aumentaron su precio, de los 44 que conforman dicha canasta y en este periodo son aguacate que pasó de 77.66 a 86.41 pesos; chile jalapeño, de 27.38 a 30.40 pesos; la avena, de 40.52 a 43.57 pesos; el limón de 34.16 a 36.16 pesos y bistec de res con un alza de 4.66%, lo que significó que pasara de 198.69 a 207.94 pesos por kilo. 

El organismo explicó que el estudio se llevó a cabo en las 32 entidades del país, con una muestra aleatoria, domiciliada, ambulatoria y estratificada en más de 200 puntos de venta en los tres niveles de consumo,  esto es, alto, medio y popular.

Los cinco estados con la canasta alimentaria básica más encarecida fueron Chihuahua, con 13.18%; Campeche, 12.59%; Morelos, 4.24%, además de Querétaro y Tabasco, con 3.68%, en cada caso.

“La guerra arancelaria no conseguirá bloquear a China, pero sí logrará pérdida de empleos, freno de inversiones, caída de remesas y afectación de los futuros (predicciones de producción) de los distintos segmentos del mercado que terminarán afectando procesos y encareciendo los precios de las cosas. 

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“Por eso decimos que esta guerra es inflacionaria, muestra de ello es el caso del tomate que recientemente se anunciará la imposición de un nuevo arancel del 20.91% a partir del 14 de julio, poniendo contra las cuerdas a los productores de tomate en México al subir el grado de incertidumbre, llevando ya a muchos de los 37 mil jornaleros que participan de este cultivo a reducir sus cosechas por temor a no salir con las cuentas y terminar perdiendo antes que ganando. En pocas palabras, por la incertidumbre reducirán sus cultivos de tomate”, explicó el presidente de la ANPEC, Cuauhtémoc Rivera.