REDACCIÓN OVACIONES
Foto: Aracely Martínez
En medio de las vibrantes y floridas celebraciones del Día de Muertos en México, las calaveritas de chocolate se han convertido en un arte culinario ancestral. En el corazón de Xochimilco, Rosa Icela Tiza Morales y su familia han mantenido viva esta tradición durante más de tres décadas.
Rosa Icela y su esposo decidieron aventurarse en el mundo del chocolate cuando se convirtió en una moda irresistible. Lo que comenzó como un pequeño proyecto pronto se convirtió en un legado que ha trascendido cuatro generaciones.
La “Casita del Chocolate” no solo crea calaveritas de chocolate, sino que también da vida a personajes icónicos de películas que evocan el espíritu del Día de Muertos, como Coco, Merlina, Gasparin, Sally (la novia de Jack) y muchos otros.
Incluso los animalitos merecen ser recordados en esta festividad, y la creatividad de la familia se refleja en cada diseño. En el taller de la familia, cinco mujeres trabajan incansablemente durante la temporada de Día de Muertos, dedicando de 10 a 12 horas al día para dar vida a estas deliciosas y bellas creaciones.
El resultado son 300 calaveras diarias, cada una terminada y decorada con esmero, lista para ser apreciada y compartida. Las opciones de compra son tan variadas como las creaciones mismas. La Casita del Chocolate satisface tanto a quienes buscan una sola pieza como a aquellos que desean realizar pedidos a mayor escala. En Xochimilco, el Día de Muertos se celebra con un sabor único y tradicional: el chocolate amargo.
La casita del chocolate se ubica en San Lorenzo Atemoaya, Xochimilco, y se ha convertido en un rincón icónico de esta localidad.