Canadienses y mexicanos rebautizan el café americano; ahora es “canadiano” y “de olla”

La rebelión cafetera, iniciada por la compañía Kicking Horse Coffee, se extiende como protesta simbólica frente a aranceles y declaraciones de Trump sobre el golfo de México.



Foto: Arte en canva

En medio de crecientes tensiones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos, ciudadanos y empresas de Canadá y México han encontrado una forma creativa y simbólica de protestar: renombrar el café americano.

Esta pequeña revolución gastronómica surge como respuesta al renovado proteccionismo de la administración de Donald Trump, quien ha impuesto nuevos aranceles a ambos países y generado controversia al intentar rebautizar el golfo de México como “golfo de América”.

El origen canadiense de la protesta

La iniciativa comenzó hace un mes cuando la compañía canadiense Kicking Horse Coffee, con sede en Columbia Británica, impulsó un movimiento para cambiar el nombre del café americano a “canadiano” en las cafeterías de todo Canadá.

“Durante 16 años, nuestro Kicking Horse Cafe ha llamado discretamente ‘canadianos’ a los americanos. Hoy, lo hemos convertido oficialmente en una tendencia y les pedimos a las cafeterías de todo el país que hagan el cambio. ¡Únanse a nosotros! Llámenlos canadianos”, publicaron en su cuenta de Instagram.

La propuesta rápidamente ganó adeptos en Canadá, país que habitualmente figura entre los diez mayores consumidores de café a nivel mundial.

México se suma con su café de olla

La idea no tardó en cruzar la frontera y llegar a México, donde fue recibida con entusiasmo en un contexto de crecientes fricciones con Washington por temas migratorios y comerciales.

En las redes sociales mexicanas, la propuesta adquirió un carácter propio, sustituyendo el “americano” por el tradicional “café de olla“, una bebida arraigada en la cultura gastronómica del país.

Un video viral de la cuenta ocelotlcafe, perteneciente a una cafetería de Ciudad de México, ejemplifica esta tendencia: “‘Pónganos un café americano por favor’ ‘¡Cómo un café americano! ¡No me chingues! ¡Eso es una burla! Te voy a dar un café de olla'”.

El clip, que acumula más de 950.000 me gusta, concluye con una reivindicación del producto nacional: “En Estados Unidos no hay cafetales, por lo tanto no hay grano americano. Así que, mira, mejor chíngate este café de olla que está bien bueno y recuerda producto nacional carnal”.

Historia de las bebidas en disputa

El término café americano tiene sus orígenes en la Segunda Guerra Mundial. Los soldados estadounidenses destinados en Italia, acostumbrados al café de filtro, rechazaban el intenso sabor del espresso italiano y pedían que lo diluyeran con agua. Los italianos, en tono burlón, bautizaron esta versión aguada como “americano”.

Por su parte, el café de olla mexicano nació durante la Revolución Mexicana gracias a las adelitas, mujeres que participaron activamente en el conflicto. Se elabora con café molido, especiado con canela, anís y clavos, endulzado con piloncillo o panela, y preparado en una olla de barro que le confiere un sabor característico.

Una protesta simbólica

Aunque esta “guerra del café” tiene un carácter principalmente simbólico y no resolverá las tensiones diplomáticas ni comerciales entre los tres socios del T-MEC, refleja el descontento popular ante las políticas de la administración Trump.

Mientras tanto, los gobiernos de Canadá y México continúan sus esfuerzos diplomáticos para mantener abiertos los canales de comunicación con Washington y encontrar soluciones a las disputas comerciales.

Esta pequeña rebelión cafetera demuestra cómo los elementos culturales y gastronómicos pueden convertirse en vehículos de expresión política y reivindicación de la identidad nacional frente a las presiones externas.