La Ciudad de México cuenta con los mayores montos de subsidio al servicio de agua, que ronda el 90 por ciento de su costo, por lo que hay poco aprecio por este importante servicio, además que los subsidios no están estratificados y se da lo mismo a la gente de mayores recursos que a los pobres.
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La doctora Lilia Rodríguez Tapia, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), advirtió que el monto del subsidio en los estratos más altos es prácticamente igual al de los más bajos, lo que contribuye a la falta de recursos para atender la red hidráulica.
“Alrededor de nueve de cada diez pesos están subsidiados, por lo que los habitantes de la Ciudad de México pagamos sólo un peso por litro cúbico de este recurso hídrico; las tarifas que aparecen en nuestro recibo no están recaudando el precio real en aras de apoyar a grupos de la población que se clasifican por colonias, a partir de una tipología según el nivel de ingreso y el pago de predial, lo cual va a marcar una gran diferencia sobre cuánto se le cobrará dependiendo si es nivel bajo, medio o alto”, precisó.
Insistió en que los subsidios están tergiversados porque esta idea de apoyar más a los de menores ingresos no se observa y por ello es necesaria una revisión de estas tarifas y, por otro lado, en la Ciudad de México hay un bien hídrico muy barato, pero muchos pagan por él y no lo obtienen a lo que se suma un mal servicio.
En ese sentido, señaló que el organismo operador en la Ciudad de México ha optado por cobrar aún menos en aquellas zonas que reciben este líquido por tandeo o si son jubilados, adultos mayores o personas con alguna discapacidad.
“Si se plantea bien el problema, creo que todos los estratos sociales aceptarían un incremento importante en la tarifa, siempre y cuando se mejore el servicio; si bien no hay agua por diversas circunstancias relacionadas con la naturaleza, muchas otras tienen que ver con la labor del organismo operador”, puntualizó.
La doctora Rodríguez Tapia consideró que hay una cantidad de fugas que ocasionan hasta el 40 por ciento de pérdida del vital líquido, situación que se podría arreglar si se contara con el recurso económico suficiente para atenderlas.
Por lo que se refiere a la gestión del agua, si ésta fuera buena podría verse un proceso de mejoría y, sobre todo, de atención a esas colonias que realmente no nos explicamos cómo se las arreglan para poder sobrevivir sin este servicio, dijo la investigadora.
“La tradicional agua regalada, porque las tarifas no reflejan su costo real, ha hecho que la gente la desperdicie; tenemos una cultura de no cuidarla y los habitantes tienen que cambiar su manera de pensar, tanto en términos de pago como de su cuidado”, apuntó.
La especialista agregó que la propuesta del gobierno federal recientemente electo apunta a otorgar más dinero a los organismos operadores del agua en el país, lo cual ayudará mucho ante el deterioro de la infraestructura hidráulica.Sin embargo, advirtió que no sólo podemos depender de ello, pues el agua está altamente subsidiada y hay que lograr que se cobre a la gente lo justo y eso dará más recursos para mejorar el servicio y tener más del vital líquido.