Caras largas en medio de un mar de lágrimas

Gustavo Mares Fotos EFE Lo que en otras ocasiones había sido alegría, vamos hasta con el empate sin goles ante Polonia, la derrota ante la selección Argentina por 2-0 se trocó en desbordante tristeza en los lugares en los que la afición se reunió para ver el segundo partido de la selección azteca ante su

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Gustavo Mares

Fotos EFE

Lo que en otras ocasiones había sido alegría, vamos hasta con el empate sin goles ante Polonia, la derrota ante la selección Argentina por 2-0 se trocó en desbordante tristeza en los lugares en los que la afición se reunió para ver el segundo partido de la selección azteca ante su ‘cocó’, la albiceleste sudamericana.

El primer tiempo fue de mucha angustia y a pesar de que en lugar como el Monumento a la Revolución estuvieron a reventar, durante el partido hubo más momentos de silencio, que gritos de emoción.

Fueron 45 minutos angustiantes en los que el público mexciano, que llenó de verde las plazas públicas en las que algunas autoridades colocaron pantallas gigantes para ver el encuentro, así como los restaurantes que lucieron a reventar, parecían vacíos, porque casi no se escuchaba ruido.

Cuando el árbitro marcó la conclusión de la primera, las plazas públicas y los restaurantes cobraron vida. Como si le hubiera vuelto ‘el alma al cuerpo’. Pero bastó que el árbitro marcara el inicio del segundo tiempo para que la ciudad entera volviera a enmudecer.

El cronómetro avanzaba y el rostro de los aficionados iba denotando mayor angustia, era evidente que la selección se desfondó.

Y tras el cañonazo de Lionel Messi, el octavo que anota en una justa mundialista, las caras largas denotaban que no creían en una remontada.

Con el segundo y espectacular tanto de Enzo Fernández sólo se confirmó lo que los expertos ya adelantaban, misión imposible ante los argentinos.

Lo que comenzó como un día de fiesta, concluyó como un balde de agua fría.