Desde los campos de siembra de maíz, en San Miguel Xicalco, en la alcaldía Tlalpan, la jefa de Gobierno, Clara Brugada firmó el decreto para declarar a la Ciudad de México territorio libre de maíz genéticamente modificado.

El decreto, explicó, es un compromiso con el que se busca preservar la diversidad genética del maíz, fomentar su conservación y fortalecer los procesos productivos, culturales y alimentarios asociados a este cultivo.

Después de presenciar la manera en la que se cosecha el maíz y de que le realizaran una breve ceremonia espiritual, advirtió que “existen chantajes, amenazas, presiones por nuestros vecinos del norte para imponer aranceles a productos de consumo básico”, por lo que señaló que es necesario que en la Ciudad de México y el país “avancemos en la soberanía alimentaria”.

Explicó que esto se logrará a través de diversas acciones como son:
La Red Centli consiste en la organización de tres mil productores de maíz bajo prácticas agroecológicas para promover la producción sostenible y brindar apoyo técnico y económico a los agricultores.
Como parte de las acciones se creará el Sello Verde, un distintivo de calidad que garantizará la diferenciación agroecológica del maíz nativo y facilitará su promoción en mercados especializados.

Asimismo, se establecerán tortillerías comunitarias que elaborarán tortillas nutritivas, nixtamalizadas y libres de organismos genéticamente modificados, con costos accesibles para la población, iniciando su implementación en las Utopías de la ciudad, lo que además fortalecerá a los productores locales.
Para la conservación y recuperación de semillas adaptadas al entorno, se crearán y fortalecerán al menos cuatro casas comunitarias de semillas, con un enfoque en garantizar que estas sean libres de transgénicos.

Además, dijo Brugada Moliina, se impulsará un incremento del 15 por en la producción de maíz nativo durante 2025, mediante programas de capacitación, subsidios y acompañamiento a productores del suelo de conservación.

Como parte de la estrategia para fomentar la conexión entre productores y consumidores, se organizará anualmente la Feria de la Agrobiodiversidad y el Día del Maíz en el Zócalo, además de ferias comunitarias de semillas que permitan el intercambio libre y fortalecimiento del vínculo comunitario.

También se diseñarán rutas agroturísticas que conecten a la población urbana con los procesos productivos de la milpa en la Ciudad de México, diversificando así los ingresos de los productores.
En paralelo, expuso la jefa de Gobierno, se fortalecerá el laboratorio de análisis molecular para estudios de transgénesis y el banco de germoplasma, iniciativas clave para la conservación de la riqueza genética del maíz.

Asimismo, se reforzará el Programa Altepetl, garantizando apoyo a quienes protegen las zonas de suelo de conservación, combaten el crecimiento urbano descontrolado y cuidan los bosques que aportan oxígeno y agua a la ciudad, asegurando condiciones dignas para los campesinos y productores locales.

Finalmente, se establecerán alianzas estratégicas con consumidores, restaurantes, hoteles y cadenas de distribución para promover la compra y uso del maíz nativo y sus derivados, beneficiando directamente a los productores de la Ciudad de México.