GUADALAJARA.- Jesús Enrique Colombo tuvo una gran y convincente tarde este domingo en la plaza de toros “Nuevo Progreso,” de Guadalajara, cortando dos orejas y saliendo a hombros, en un festejo donde se lidió un encierro muy bien presentado de las ganaderías de Barralva y Campo Hermoso.
“El Zapata”, sin dejarse nada
Abrió plaza el toro “Comadroso”, de 520 kilos, correspondiendo a Uriel Moreno “El Zapata” que estuvo breve con el capote. El toro mostró su bravura en la férrea pelea con el caballo, pero siendo excesivo el castigo. Tras la Suerte de Varas, el torero tlaxcalteca se recreó por navarras. Compartió las banderillas con sus compañeros de cartel, dejando cada uno su estilo. Un toro que se colaba con mucho peligro, buscando ir recto al torero, que fue midiendo, con mucho oficio. Se dobló con el toro, con mando, dando la lidia correcta, aunque el público le increpó que abreviará, un reclamo sin sentido tomando en cuenta las condiciones del de Barralva. Escuchó un aviso y se retiró entre las divisiones del público.

El cuarto de la tarde, “Cardicito”, de 535 kilos, de Barralva, otro toro aplaudido por su presencia desde salida. “El Zapata”, quien próximo a cumplir 30 años de alternativa sigue demostrando una tremenda convicción, además, de las sobradas facultades. Y así, entregó todo en un ajustado y comprometido, Segundo Tercio. Como si nada tuviera ya construido en el camino, Uriel comenzó de rodillas ante la imponente cornamenta del de Barralva. Es el deseo de mantenerse el que debe latir en el corazón de un torero con tanto por ofrecer como el tlaxcalteca que no se deja ganar la pelea, pero lejos de buscar el camino fácil, se pone en los terrenos y desafía el tiempo y la distancia. Tuvo un toro exigente, que no regaló nada, y firme sacó los muletazos. Falló con el acero y dividió las opiniones.

Uriel Moreno “El Zapata“: Foto: Manolo Briones
La gran tarde de Colombo
“Tolerante”, de 540 kilos, de Campo Hermoso, ha sido el segundo del festejo, tocando en turno a Jesús Enrique Colombo, un toro bien presentado, serio y con trapío. Buen puyazo de Jorge Morales que fue ovacionado. El torero venezolano se fundió de gran manera en un quite por chicuelinas donde se reflejó su verdad, rematando vistosamente con una revolera. En banderillas, invitó a Uriel Moreno “El Zapata”, y a “El Galo”; Colombo apostó en un par en la cercanía de tablas, saliendo airoso, dejando los palos en todo lo alto, luciendo de forma espectacular con esa facilidad tan suya en el Segundo Tercio.

Jesús Enrique Colombo/ Foto: Manolo Briones
Un brindis, sentido al público tapatío, dando paso al comienzo de su labor con la muleta. En los medios dio los primeros trazos para cambiar al toro de terreno, enterándose muy pronto de la buena condición del toro de Campo Hermoso que le permitió ligar dos series con gran mando y lucimiento. Entendió los tiempos, y la distancia, dando el respiro entre serie y serie por el derecho donde porfió la hondura. Innegable que al toro le pesaron los kilos, pero Colombo con reposo sacó el temple. También lo llevó por el izquierdo, y cuando el astado se paró, el poder le permitió continuar con esa temeridad por el izquierdo, de uno en uno, llegando con esa fuerza a un público que se le entregó. Con la faena ya hecha, culminó con un pase de pecho; la estocada ha sido deletreada, dando muerte inmediata al toro, cortando una oreja con petición de la segunda que no fue concedida.
“Gorrión”, de 525 kilos, quinto de la tarde, y segundo del lote de Colombo, de Barralva, un toro muy suelto, y abanto, lo que no impidió, tras el buen puyazo de Daniel Morales, que el toro fuera a más, dando paso a un Segundo Tercio espectacular. Brindó la faena, a su apoderado en México, el matador de toros en retiro, Fernando Ochoa. Encontró la potabilidad por el derecho, en apenas los primeros compases. El toro tuvo la virtud de la fijeza, embistiendo con transmisión, y permitiendo al venezolano el toreo con largueza. El de Barralva sin duda, fue codicioso, y por ello el mando llegó en series portentosas por derecho, dando paso también al sentimiento pleno por el pitón izquierdo, donde plasmó la naturalidad de su toreo. La buena labor de Colombo además tuvo variedad, imprimiendo así su franca personalidad. Ajustadas manoletinas como colofón de una labor convincente. Nuevamente, un estoconazo, cortando una oreja.
El tercero, otro serio toro, de buenas hechuras, de la ganadería de Barralva, “Cardicito II”, de 530 kilos, al que bregó de buena manera el torero André Lagravere “El Galo”. César Morales, protagonizó en la Suerte de Varas, dejando un gran puyazo, a otro toro que empujó con fuerza, siendo ovacionado el varilarguero que más tarde, saludó en el tercio. Un cambiado por la espalda, y derechazos de rodillas fueron el comienzo de su faena, muy cuesta arriba para el torero que, además estuvo pesado con la espada. Palmas para el toro en el arrastre.

El sexto bis, “Inclusivo”, de 485 kilos, de Campo Hermoso, fue el toro que cerró plaza, al que André Lagravere “El Galo”, que apostó todo en las banderillas, iniciando su faena de rodillas, dejando en claro su deseo de triunfo. El toro mostró cualidades, y pudo tener un buen planteamiento de faena, luciendo por el derecho, en series muy templadas, también por el izquierdo. Petición de oreja, concedida.
Ficha: Guadalajara, Jalisco.- Plaza “Nuevo Progreso”. Tres cuartos de entrada en tarde calurosa. Cinco toros de Barralva, de encaste español, bien armados, serios y dos de Campo Hermoso ( 2o. y 6o. sustituto que recibió el arrastre lento). Pesos: Pesos: 520, 510, 530, 535, 525, 490, 485 kilos. Uriel Moreno “El Zapata”, división de opiniones tras aviso, y división de opiniones. Jesús Enrique Colombo, oreja y oreja. André Lagravere “El Galo”, pitos tras dos avisos, y oreja.