El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, aseguró durante la 80ª reunión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que criminalizar la migración es, sencillamente, inadmisible, ya que los migrantes tienen derechos que deben ser protegidos por las democracias, la diplomacia y el multilateralismo.

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Al participar en el Segundo Encuentro “En defensa de la democracia: luchando contra el extremismo”, en el marco del 80º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, el canciller mexicano abordó los ejes temáticos de la reunión.

En ese contexto, señaló que la defensa de la democracia y del multilateralismo se entiende como el poder que emana del pueblo, como un instrumento de justicia social, garantía del respeto a la dignidad humana y mecanismo que permite a las mayorías expresarse y participar efectivamente en la vida pública.

Por ello, destacó la importancia de proteger los espacios cívicos y garantizar los derechos políticos, civiles, económicos, sociales, culturales y ambientales de todas las personas.

De la Fuente subrayó que, bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum, México reafirma su compromiso de orientar la acción pública bajo los principios del “Humanismo Mexicano”, un pensamiento que inspira la transformación de la vida pública del país.

Señaló que este modelo coloca a la persona en el centro, y concibe la democracia como un compromiso permanente con la dignidad, la igualdad y la justicia social.

Trump alerta sobre la migración en la ONU

Durante la 80ª sesión de la Asamblea General de la ONU, el presidente Donald Trump instó a Europa a proteger a sus ciudadanos de lo que calificó como una “invasión” migratoria.

El mandatario estadounidense elogió su propia política antimigratoria y exhortó a otros países occidentales a seguir su ejemplo para “poner fin al ensayo de fronteras abiertas”.

Trump advirtió que “la inmigración será la muerte de Europa Occidental”, y aseguró que los países del continente enfrentan serios problemas debido a lo que llamó la invasión de “fuerzas de extranjeros ilegales”.

Asimismo, acusó a la ONU de financiar una “inmigración fuera de control”, señalando que en 2024 destinó 372 millones de dólares en asistencia en efectivo para apoyar a un estimado de 624 mil migrantes que se dirigían a Estados Unidos.