Cruz Azul viene de atrás para rescatar valioso empate ante un Atlas movido por el honor

21, abril 2024

Martín Avilés / Ovaciones
Foto: Mexsport

Después de la tormenta, llega la calma y Cruz Azul pasó de llevarse un baño de realidad a resucitar entre la adversidad. El Atlas sorprendió al clavarle dos goles prematuramente a la Máquina, pero Martín Anselmi hizo honor a su fama de tremendo estratega y dio ingreso a Camilo Cándido, cambio que surtió efecto inmediato con un golazo del uruguayo que selló el empate en la recta final del partido.

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Los celestes se repusieron a un 0-2 adverso y rescataron el empate por 2-2 ante unos Zorros movidos meramente por el honor tras un semestre para el olvido. Con el punto rescatado, los cementeros subieron al tercer lugar general de la tabla general del torneo Clausura 2024 de la Liga MX con 30 unidades, mientras que la Academia son el lugar 16 al llegar a 14 puntos.

 

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El pronóstico de lluvia ya había avisado que el cielo no tendría clemencia para una inusual tarde de futbol en el Estadio de la Ciudad de los Deportes. Pero lo que no estaba pronosticado es que la lluvia mojara de tal forma la pólvora de la Máquina, sobre todo cuando los clubes ya están puestos a punto para la Liguilla a estas alturas.

Los cementeros comenzaron el juego con el natural ímpetu de una institución renacida, que ha recobrado la confianza tras la tormenta. Pero ni Charly ni Lira parecían lo suficientemente enchufados y desperdiciaban balones en las transiciones, así como en sus intentos por romper la línea defensiva del rival rojinegro.

Beñat notó que desde las entrañas de su rival, algo no funcionaba correctamente, por lo que se decidió a tomar medidas. La labor de Mateo García comenzó a ser determinante de esta manera, pues a sus labores netamente ofensivas, le añadió una labor de sacrificio para ayudar a cortar los circuitos del local

 

Y como los cementeros dejaron de lucir inoperantes y eran más bien inofensivos, los Zorros decidieron comenzar a contragolpear con Jhon Murillo como pulmón y corazón de una Academia necesitada de fe. Cuando más pisaba la cancha el Atlas, llegó la recompensa. Un contraataque dejó a Mier mano a mano con Aguirre, a quien se tuvo que llevar para no recibir un gol inminente.

Tras la falta en el área, ‘Mudo’ Aguirre exhaló profundo y ejecutó el cobro con un derechazo cruzado que venció al infractor Mier, quien ya amonestado, solo tuvo que tragarse el coraje al no haberle resultado su apuesta por cometer foul y detener el penalti.

 

La ventaja atlista llegó prematuramente y desconcertó al cuadro local, que peleó cada balón con una ansiedad y desesperación que solo evidenciaba su falta de ideas. Y así empezó el show de Murillo. El de Nula, Venezuela, se devoró a Vinicius y Camavinga de un bocado y causaba peligro con disparos y servicios de peligro en el área celeste.

Cuando Cruz Azul se preocupaba más por el venezolano, Fulgencio aprovechó y por la otra banda apareció para entrar al área con pelota controlada, se sacó la marca de Lira de encima con un quiebre, habilitó a Mateo, quien realizó un tiro que más bien se transformó en centro en el camino y cayó en los pies de Jeremy Márquez, quien fusiló a Mier para el inesperado 0-2 apenas con 37 minutos disputados.

 

Dicen que el 2-0 es el marcador más engañoso del futbol y en solo dos minutos se confirmó esta creencia cuando los de Anselmi respondieron pronto con un gol de pelota parada. En un córner, una serie de rebotes dejó a Rivero solo en el área chica desde donde empujó el balón al fondo de las redes para marcar el descuento 1-2 en el momento preciso, antes del medio tiempo para recargar energías y buscar el empate en la segunda parte.

Cruz Azul regresó con más ideas tras un primer tiempo de completa amnesia. Con el ingreso de Camilo Cándido y la salida de Alexis Gutiérrez, el conjunto cementero consiguió mayor volumen de juego y no porque Cándido ocupara la posición de Alexis, sino porque partía desde una posición interior para contrarrestar los efectos de Murillo y repartía rápidamente la pelota a los que saben.

‘El Cuate’ Sepúlveda estuvo muy cerca de marcar el del empate cuando se impulsó por los aires para rematar un testarazo letal que muchos en las gradas ya cantaban como gol, pero que terminó por estrellarse dramáticamente en el palo para ahogar las desgarradas gargantas de quienes se adelantaron por unos segundos a la acción.

Antuna, insistente y voraz como ha sido en la temporada, intentaba abrirse espacios, se asociaba y metía la pierna, pero ‘El Brujo’ —aunque no le guste ya el mote— parecía que pensaba más en su título de goleo que en lo colectivo y eso nublaba su panorama.

Uriel llegó a línea de fondo cuando el juego estaba en un ida y vuelta cardiaco. El exjugador de Chivas mandó una diagonal retrasada que Rivero visualizó mandar de primera intención al fondo de las redes, pero una pierna salvadora lo impidió. El aviso solo fue un presagio de lo que estaba a punto de ocurrir.

El recién ingresado Camilo Cándido alzó la mirada en tres cuartos de cancha, mandó un bombazo cuyo efecto de pronunciada parábola desconcertó a su tocayo guardameta atlista quien recorrió unos pasos y se lanzó pero era demasiado tarde para detener el inminente golazo del charrúa, quien entró al campo para hacer a Anselmi profeta.

A partir de ahí el juego diluyó su medio campo, todo se desarrollaba cerca de las áreas. Por un lado, Antuna insistía por el costado derecho con su insistencia casi obsesiva por anotar y del otro, el jovencito Larios intentaba hacer la suya con un remate cruzado con toda la pierna izquierda.

A siete minutos del final, Antuna dejó por un instante su egoísmo, envió un centro pasado que Rotonda remató de primera intención en una media tijera, para manda el balón con dirección de gol, pero Vargas alcanzó a rozar con las uñas y el balón pegó dramáticamente en el poste para arrebatarle un gol que de haber entrado, bien podría haber sido nominado al Puskas.

El desenlace del juego fue trepidante, primero Vargas volvió a negarle un golazo a Rotondi quien no vio la suya ante el colombiano guardameta, luego, en una serie de jugadas, Huescas fue derribado en el área por Idekel Domínguez, pero Santander pitó el final de partido entre reclamos. Justo empate para un partido que se inclinó para ambos lados. La Máquina todavía aspira al superliderato al estar dos puntos abajo de América y Toluca, sobre todo porque cerrará el torneo precisamente ante los Diablos Rojos.