Cuchillito de Palo | Rendición

8, octubre 2022

CATALINA NORIEGA

Cayeron como castillo de naipes. Los que se habían comprometido a ir en una alianza opositora, que impediría cualquier cambio a la Constitución, en un buen número, fueron incapaces de soportar las endiabladas presiones de la 4T.

Con el descaro habitual de esta administración –a la que no le interesa guardar la mínima forma-, se echó a andar toda la maquinaria de marrullerías contra senadores a los que necesitaban para completar la mayoría. Poco desgaste les costó, en vista de la larga cola de príistas y el pseudo perredista Mancera, personajes que cargan con expedientes que suman años de prisión.

Doblaron las manos, a las primeras de cambio y, encima, osaron subirse a tribuna a defender con argumentos sofistas, lo indefendible. De espeluzne el yucateco Rodríguez Marín o Sylvana Beltrones, quienes se arrastraron al grado de la ignominia, con tal de salvar el pellejo.

Nueve priístas, que con su voto terminan de liquidar lo que queda del tricolor, sucumbieron, entre los que también destaca Manuel Añorve, corrupto de cepa e incondicional de Alito. Sólo Miguel Ángel Osorio Chong, Beatriz Paredes y Claudia Ruíz Massieu demostraron congruencia y apego a los principios democráticos.

La discusión en la Cámara de Senadores, fue larga y hubo de todo, desde aquellos que con base en la preparación, el raciocinio y los principios aportaron argumentos sólidos, por los que no se debía alargar el periodo del ejército en las calles, hasta exabruptos, majaderías, injerencias en la vida personal de alguna legisladora y posturas de bravatas y matonerías propias de sátrapas.

Los guindas se lucieron en estos rounds histriónicos: La senadora de Baja California Sur, Lucía Trasviña, como ya es su insana costumbre se acercó hasta el pódium que ocupaba Lily Téllez y dio la impresión de que estaba a punto de golpear a la panista. Otra testaferra morenaca hizo alusiones a la vida privada de la aguerrida blanquiazul, aduciendo que era una damisela de las de la cultura del box spring, con los ejecutivos de televisión azteca. ¿Y cuál será la trayectoria de la vida privada de esta desconocida, como se decía en otros tiempos, verdulera?

Poco importa a la sociedad el chismorreo calumniador sobre quienes tienen en sus manos la aprobación de leyes. Lo que vale es que se conduzcan con la ética y el compromiso que tienen con sus electores y con el país.

Poco estoy de acuerdo con el lenguaje de tono ofensivo de Lily Téllez. Está en su derecho, aunque esperaríamos del Congreso debates de altura. En ese sentido, Claudia Ruíz Massieu puso muy en alto la dignidad del cargo que ostenta. Con un lenguaje sólido, sin retórica, insultos ni palabrería altisonante, destacó los motivos por los que su voto era en contra. Pasará, como ella misma lo dijo, a la historia, la que también se encargará de glosar tanta aberración.

Ganó el tabasqueño, como siempre, a base de bajezas, agravios, amenazas y el compendio de la metralla que endereza sin reparo, a sus adversarios. Seguirá la militarización de esta República, que no merece un desaguisado de esos tamaños.

El ciudadano consciente está indignado y decepcionado. Creyó que la alianza opositora podía detener los embates absurdos de la 4T. La debilidad de las trayectorias de los que se escudan bajo el fuero, facilita el rompimiento de los acuerdos.

Habrá que seguir peleando y tener fe en que, quienes se sostuvieron en su postura, habrán de continuar por este camino.

 

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