Nayarit, tradicionalmente reconocido por sus playas vírgenes y paisajes tropicales, ha comenzado a figurar en el mapa global del turismo de aventura y experiencias sostenibles. Esta transformación es producto de una estrategia que conjuga desarrollo turístico, conciencia ambiental y participación comunitaria.
Así lo señala Daniel Madariaga Barrilado, especialista en sostenibilidad y promotor del turismo responsable, quien ha seguido de cerca la evolución del estado como un caso ejemplar de innovación turística con impacto social y ecológico.
“Nayarit es un ejemplo de cómo el turismo puede desarrollarse de manera responsable. No se trata solo de ofrecer experiencias, sino de crear entornos donde naturaleza, comunidad y visitantes se beneficien mutuamente”, destaca.
La afirmación no es menor si se considera que, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Turismo de Nayarit, el estado registró un incremento del 23% en visitas relacionadas con deportes extremos entre 2022 y 2024, superando en 2024 el 70% de ocupación hotelera. Este crecimiento se atribuye a una diversificación estratégica del turismo, que ha ido más allá del tradicional modelo de “sol y playa”, apostando por la aventura, el ecoturismo y la integración comunitaria.
Parques que fusionan adrenalina y conciencia ecológica
Proyectos como Ojo del Cielo, enclavado en la selva de San Blas, representan esta nueva visión: tirolesas, puentes colgantes, campamentos familiares y educación ambiental en un mismo espacio. Además de fomentar el turismo activo, el parque apuesta por la autosuficiencia energética y la inclusión social.
“Este es el lugar perfecto para estar en armonía consigo mismo y la naturaleza. Cada actividad en Ojo del Cielo está pensada no solo para emocionar, sino para enseñar y transformar”, indicó el especialista mexicano.
A este se suman destinos como Arcadia Adventure Park en Real de Acuitapilco, Rancho Mi Chaparrita en Riviera Nayarit, La Montaña, orientado a la educación ambiental y el avistamiento astronómico, y Kilómetro X, en la Sierra de San Juan, que ofrece desde rafting hasta cuatrimotos, con un enfoque de mínimo impacto ambiental.
“Lugares como Kilómetro X son clave para atraer a ese nuevo turista que quiere emociones fuertes, pero que también está preocupado por su impacto ambiental”, subrayó Madariaga Barrilado.
Un turismo en sintonía con las nuevas generaciones
El auge del turismo de aventura y sostenible en Nayarit responde también a un cambio generacional en las preferencias de viaje. Según un estudio de Adventure Travel Trade Association (ATTA), el 70% de los viajeros entre 25 y 40 años priorizan destinos que ofrezcan actividades sostenibles y conexión con la naturaleza.
A nivel global, el fenómeno no es menor: el 83% de los turistas desea realizar viajes más sostenibles, según el reporte Sustainable Travel Report 2024 señala también que más de la mitad de los encuestados consideran importante que sus decisiones beneficien directamente a las comunidades locales. Con esta tendencia como telón de fondo, Nayarit parece haber encontrado un nicho potente, alineado con las demandas de un viajero más consciente, activo y comprometido.
Aunque el avance es palpable, los expertos advierten que mantener el equilibrio entre crecimiento turístico y conservación será crucial en los próximos años. La regulación de la carga turística, el fortalecimiento de las capacidades locales y la inversión en infraestructura ecológica serán claves para evitar que el éxito se convierta en amenaza.
Por ahora, Nayarit continúa posicionándose como un referente nacional e internacional en turismo responsable. Un destino donde la adrenalina no está peleada con la sostenibilidad, y donde cada salto, remada o caminata deja una huella más consciente.