Daniel Suárez ha tenido que aprender a soltar. A pesar de haber sido parte desde un inicio del proyecto de Trackhouse Racing, su inminente salida del equipo —aunque dolorosa— le ha ayudado a mirar su futuro en la NASCAR Cup Series desde una perspectiva diferente. Reinventarse o resignarse. Y ha optado por lo primero, para así cerrar con cinco años de relación que transformaron su carrera para siempre.

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Ahora, el piloto mexicano se siente listo para despedir una etapa fundamental en su carrera mientras concluye su ciclo con Trackhouse, la escudería donde escribió los momentos más brillantes de su trayectoria en las pistas del serial. El regiomontano será recordado como miembro fundador de la organización, pero ahora se trasladará a Spire Motorsports en 2026.

“Trackhouse era literalmente un pedazo de papel la primera vez que oí hablar del equipo”, reconoció Dani Suárez en una videoconferencia. Además, el piloto confesó que siguió su instinto pese al escepticismo de su entorno.

“Fue interesante para mí, porque venía de un equipo en ciernes, pero cuando llegó la pandemia de COVID, no funcionó. Básicamente, Trackhouse era un proyecto similar. Yo creí en él enseguida; mi padre y otros no, pero mi instinto me decía que era algo bueno después de hablar con ellos”, abundó.

Esa apuesta rindió frutos más allá de las expectativas. Lo que le ayudó a florecer en un circuito exigente, donde ya de por sí debía lidiar con las dudas sobre su capacidad al ser latinoamericano.

“Estaba súper contento porque creía que Trackhouse era el primer equipo de la NASCAR Cup Series que me daba el 100% de confianza. Fuimos capaces de construir algo muy bueno juntos y estoy muy orgulloso de ello. Definitivamente los mejores momentos de mi carrera en la Cup Series han sido en Trackhouse, y eso es algo que voy a mantener conmigo”, dijo con nostalgia.

Su legado en Trackhouse incluye las primeras victorias del equipo —en Sonoma 2022 y Atlanta 2024—, esta última con el photo finish más cerrado en la historia de NASCAR, además de dos clasificaciones a Playoffs y un décimo lugar en el campeonato.

El cierre de temporada en el Phoenix Raceway tendrá un significado especial, con Suárez luciendo un esquema de pintura conmemorativo y el casco que usó en el Autódromo Hermanos Rodríguez, donde consiguió una victoria en la NASCAR Xfinity Series que marcó un punto de inflexión.

“La carrera en la Ciudad de México fue la más importante de mi vida, una semana y un fin de semana inolvidables”, expresó Suárez sobre esa experiencia en casa. “Fue muy especial y mucha gente se quedó con un gran sabor de boca. Ojalá podamos regresar pronto, hay muchas pláticas para 2027”.

Y aunque NASCAR no regresará a México en 2026, tiene la esperanza de volver tan pronto el calendario sea más flexible.

“Definitivamente estaba decepcionado, pero no estamos regresando en 2026 porque no queramos. Hay mucha gente importante que quiere volver”, explicó. Detalló que el conflicto con el calendario del Mundial fue el principal obstáculo, pero se mostró optimista. “Hay muchas conversaciones para regresar en 2027, ojalá eso suceda. A mí me encantaría regresar, la afición y los patrocinadores se merecen tener una categoría como NASCAR todos los años”.

Su transición a Spire Motorsports coincide con un momento histórico para el automovilismo mexicano, donde compartirá protagonismo con Sergio “Checo” Pérez en Fórmula 1 y Pato O’Ward en IndyCar, representantes del deporte motor nacional en tres de las mejores competencias del mundo.

“Yo creo que el próximo año puede ser muy positivo para todos los mexicanos en el automovilismo internacional”, afirmó Suárez, destacando la conexión con TWG. “Checo Pérez va a hacer una gran labor con Cadillac F1, y Pato O’Ward está haciendo las cosas muy bien en IndyCar. Va a ser algo especial ser parte del mismo techo deportivo, de la misma casa con TWG, que es dueña de Cadillac Fórmula 1 y también de Spire en NASCAR”.

“Mi meta es armar un gran equipo para que cuando regresemos, podamos pelear por una victoria”, sentenció, dejando una declaración clara con la que cierra un capítulo glorioso y abre otro lleno de promesas.