Demandan reinstalar el Monumento al Educador en CDMX

El Monumento al Educador, legado de la comunidad mexicano-libanesa, debe reinstalarse en un espacio público tras permanecer descuidado en el Papalote Museo del Niño.



Foto: Cortesía

Erigido en 1975 en la Plaza de los Maestros, el Monumento al Educador fue removido de ahí en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y ahora el Museo del Niño cobra por verlo, por lo que exigen que sea reinstalado en un lugar público, donde sea más visto por la gente.

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El profesor Fabio Ángel Espinosa Soriano demandó retomar la reinstalación del Monumento al Educador, el cual es un legado de la colectividad mexicano-libanesa al pueblo de México y los maestros, pues considera que la población no debe pagar por verlo.

“El monumento fue erigido en agradecimiento al pueblo y al magisterio de México por su hospitalidad a las familias migrantes libanesas. Es un maestro de pie enseñando el alfabeto fonético, que es origen de las primeras letras para los lenguajes latinos vivos –español, francés, portugués, italiano, incluso el inglés– y con eso se habla de cultura”.

El Monumento al Educador es la primera estatua que fue erigida en el mundo para honrar a los maestros, a la labor de enseñar el alfabeto, a escribir y transmitir el conocimiento mediante la enseñanza y el aprendizaje en un trabajo en el que interviene la colectividad y la familia.

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Hablamos del origen, continuó. “cinco jóvenes aprendiendo el alfabeto. El camino es ascendente en espiral. En el muro dice: al maestro, ‘mi patria es amor, que no conoce el odio. No digas mi nación para vanagloriarte ante el mundo, somos vecinos y hermanos de todo el género humano’”.

Espinosa Soriano dijo que “el tema de la inscripción fue mutilado y el monumento está ahora en un patio trasero del Papalote Museo del Niño, cubierto de maleza. Ya autorizaron sacarlo de allí y ojalá se asigne el lugar para que sea reinstalado y reconstruido”.

Explicó que los países miembros de la UNESCO acordaron que se construyeran monumentos similares al este de México en todas sus ciudades capitales, siempre y cuando tuvieran programas de alfabetización, que honraran al maestro por su labor y también la educación para la paz.

Agregó que el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México (Comaep), de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, autorizó el acuerdo de que saliera de un lugar privado para que se coloque en un acceso al público en general.

“No se tiene por qué cobrar por pasar a ver el monumento. Hoy en día las personas tienen que pagar un boleto para entrar al Papalote Museo del Niño si quieren ver este monumento, lo cual no es correcto. Es una afrenta a la esencia del magisterio, al educador; al concepto trascendente de quien decide ayudar. El monumento es un honor a México, a los maestros y a quienes aprenden”.