POR EDUARDO VIZCARRA.
Aureliana Núñez señaló que sus compañeras se van a vender tamales, tacos o tortas a los campos de fútbol, aguas frescas y otros se van de domésticas o lavan ajeno, pero todas buscan otras alternativas ante la ausencia de los apoyos prometidos por funcionarios que solo se acercan a ellas en procesos electorales.
Indicó que hay empresas que trabajan un mes más porque son grandes y tienen su almacenamiento y ahí acuden aproximadamente 400 y sacan su día.
Señaló que por cada kilo de camarón chico despicado les pagan 8 pesos y 6 pesos el kilo del grande, llegando cada persona a despicar hasta 20 kilos en un tiempo corto.
“Los empresarios están conscientes de la necesidad, pero igual tienen sus limitantes, aunque afortunadamente no se han cerrado empresas y existen más de 27”, precisó.
Por ello, Núñez de Piña reiteró que si les van a dar despensa sea por cada integrante de familia que despica, no por familia, porque así no conviene, no les alcanza, pues va el papá, la mamá y los hijos.
“Nos dan a todas como siempre o no queremos nada, son despensas que da el Estado que hasta ahora tampoco no han aparecido”, finalizó.