Día 12: ¿Y el OXXO 24 horas?

Nuestro columnista y enviado a París 2024 revela contrastes culturales. Largas jornadas vs. ocio francés. ¿Dónde está el OXXO a medianoche?



París, Francia / Enviado.- Trabajar con ocho horas de diferencia con México es un arma de doble filo. Mientras en París amanece, en la Ciudad de México cae la noche, por lo que la jornada laboral la comenzamos de este lado del mundo con la tranquilidad de saber que se tiene una amplia ventaja para entrevistar, grabar, escribir y hasta editar cualquier error que se pudiera haber escapado, mientras el resto del equipo de redacción descansa por allá. El problema llega un poco después.

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Y es que conforme transcurre la mañana en territorio mexicano, las horas se pasan en un parpadeo desde París. La gran altitud del hemisferio norte hace que los días sean largos en el verano, con hasta 16 horas de luz de sol, por lo que llega a caer la noche pasadas las 9:00. Es quizás esa razón —meramente de percepción— la que podría explicar el porqué las tardes se consumen más rápido que un helado metido al microondas.

En México estamos acostumbrados a que el cielo nos lance advertencias. A qué pasadas las 6:00 de la tarde, se comienza a nublar, y es el primer aviso de que la noche se avecina y momento de acelerar el paso para terminar con cualquier pendiente. Pero en Francia, si no se tiene un reloj a la mano, puede ser peligroso, al menos para nosotros. La intensidad de la luz puede ser tanto o más radiante que a lo largo del día en plenas 8:00 de la noche y sin previo aviso, el día está a punto de terminar.

Aunque bien dicen que la noche es larga y laborar a deshoras no es ninguna novedad para nosotros los mexicanos. Basta con pararse en el París Media Centre para cerciorarse de ello, pues pasada la media noche, solo compatriotas y alguno que otro asiático siguen alumbrados por la luz de sus computadoras en medio del oscuro y silencioso sitio. Según cifras, México es el país donde más horas al día se trabajan, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ( OCDE), lo que se traduce en una explotación laboral completamente normalizada, tanto, que es ya un tema cultural para los trabajadores mexicanos.

México labora en promedio 2 mil 226 horas al año. En contraste, en Francia tienen tiempo para dedicar 16.2 horas al día para el cuidado personal y el ocio. Algo tiene que ver que la criminalización de la protesta ha abonado para que nuestro país aflore su clasismo ante cualquier marcha que exija sus derechos —incluidos los laborales—, a diferencia de los franceses, quienes, para no ir más lejos, hace poco más de un año hicieron arder las calles para frenar la iniciativa del presidente Emmanuel Macron de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años de edad. 

Solo así se entiende que mientras salía a la 1:00 de la mañana de la sala de prensa en busca de comida, no encontré un solo mini súper abierto para comprarme algún sandwich, papas fritas o cualquier cosa que calmara las horas de hambre acumuladas tras otro día más de trabajo en estos Juegos Olímpicos extenuantes.

En México, por supuesto que encontraría un OXXO en cualquier esquina y me atendería desde la ventanilla algún desafortunado cajero que le tocó trabajar el turno de la noche, mientras su equivalente ciudadano francés de algún Carrefour City en París, duerme plácidamente tras cerrar su tienda puntualmente a las 21:00 horas. Para reflexionar nuestros hábitos.