MARTÍN AVILÉS

Foto: EFE

Corbin Carroll participó en cada una de las cuatro carreras con las que los Arizona Diamondbacks silenciaron al ruidoso Citizens Bank Park y ayudó a sellar su boleto de regreso a una Serie Mundial tras 22 años de ausencia. Los Philadelphia Phillies jamás habían jugado un séptimo juego y cayeron en su propia casa en el juego definitorio de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.

Los D`Backs ahora medirán fuerzas ante los Texas Rangers en la Serie Mundial, misma que comenzará el próximo viernes 27 de octubre en Globe Life Field de Arlington. Lo harán luego de vencer por pizarra de 4-2 a los Phillies, logro que en gran medida se debió a Carroll, quien conectó tres hits y un elevado de sacrificio, impulsó dos carreras y anotó dos más en su gran noche en el diamante.

Todo empezó cuando Christian Walker conectó un rodado de sacrificio que envió al novato Carroll, a la caja registradora para inaugurar el marcador apenas en el amanecer del primer inning. Los D’backs habían pegado un cubetazo de agua helada a los locales, pero en el segundo rollo, Alec Bohm conectó un poderoso batazo que se voló la barda entre los jardines izquierdo y central, como si la pelota quisiera extraviarse entre la ardiente marea roja que estalló de júbilo.

El Citizens Bank Park era un hervidero de emociones, una olla de presión que se desbordaba cada vez más y más.

Y con ese impulso, los de Filadelfia pegaron de nuevo. Era el cuarto episodio cuando Bryson Stott pegó un doblete remolcador dirigido al jardín central, mismo que impulsó a Alec Bohm, quien ya había impulsado la del empate, para convertirse en el héroe de la noche, al menos hasta ese momento.

Arizona no se ahogó en un vaso de agua, y sabedor de que aún había mucho juego por delante, hizo del quinto episodio su momento de venganza. Primero fue Corbin Carroll quien pegó un sencillo que el jardinero central Johan Rojas no pudo levantar y Emmanuel Rivera aprovechó para anotar la del empate en la quinta entrada. Y luego, tras robarse por segunda vez la base en la noche, el propio ‘Pulpo’ llegó hasta el home tras un sencillo de Gabriel Moreno que enmudeció por un momento al hasta entonces efervescente Citizens Bank.

Carroll, de 23 años, se convirtió en el segundo jugador más joven en la historia de Grandes Ligas con tres imparables y dos robos en un juego de postemporada. Sólo Ty Cobb lo hizo más joven, cuando lo concretó en la Serie Mundial de 1908 a la edad de 21. Era el show de Carroll. Para la fatídica séptima entrada, bateó un elevado de sacrificio para que Geraldo Perdomo anotara el 4-2 que hizo temblar a la pizarra gracias al terror causado a lo largo y ancho del parque.

Los Phillies lograron tener dos hombres en base tras una errática parte baja del séptimo episodio por parte de Andrew Saalfrank, pero Kevin Ginkel salió al rescate y dominó a dos toros bravos como Trea Turner y Bryce Harper, quienes tenían en su bate la carrera de una eventual remontada que el de San Diego, California, no permitió. Fueron cinco strikes seguidos, tres de ellos ponches, con los que calmó la euforia de la novena local.

Ketel Marte conectó un imparable y prolongó su racha a 16 juegos con hit, con ello, se convirtió en tan solo el cuarto pelotero con la seguidilla más larga en la historia de la postemporada, solo detrás de Manny Ramírez en la 2003-04, Derek Jeter en 1998-99 y Hank Bauer en 1956-58, todos ellos con 17.

De esta manera, 22 años después, The Snakes jugará la Serie Mundial, luego de que en 2001, apenas en su cuarta temporada de existencia, se convirtieran en el equipo de expansión de la MLB que más rápido ganara un título tras derrotar a los New York Yankees. Ahora, ante Texas Rangers en una final inédita, buscarán su segundo Trofeo del Comisionado.