En el marco de los 39 años de los sismos de 1985 y los 8 de los de 2017, el Congreso de la Ciudad de México realizó una sesión solemne en la que los legisladores locales destacaron la capacidad de resiliencia de la capital del país y el espíritu de solidaridad de los capitalinos.

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Con una interrupción para sumarse al simulacro nacional 2024, los legisladores locales rememoraron las heridas que dejaron en la sociedad estos movimientos telúricos y el fortalecimiento de la cultura de protección civil desarrollada a partir de ahí.

La vicecoordinadora de los diputados de Morena, Brenda Ruiz Aguilar, subrayó que la precarización laboral y la corrupción generan víctimas, como las mujeres costureras que murieron en 1985 en sus lugares de trabajo y reconoció a los héroes anónimos que actuaron ante el desastre.

El diputado de la bancada del PRD, Pablo Trejo Pérez, pidió reconocer a los héroes anónimos que dieron muestra de los valores que representan a las y los capitalinos ante las catástrofes sísmicas. Señaló que estos sucesos permitieron identificar carencias en materia de prevención de desastres, por ello, consideró indispensable educar a la población a fin de prevenir y disminuir las afectaciones.

Al recordar la falta de confianza en las autoridades que tenían que asumir las consecuencias del sismo de 1985, la diputada de MC Luisa Fernanda Ledesma Alpízar reconoció la importancia de la sociedad en la construcción de una cultura de la protección civil, la solidaridad y la búsqueda de justicia, e hizo un llamado a fortalecer los protocolos logrados con la experiencia de las distintas generaciones, para estar preparados y ser más solidarios.

En su turno, la diputada del PT Jannete Guerrero Maya hizo hincapié en la necesidad de invertir en la gestión integral del riesgo y la protección civil para construir una ciudad más fuerte, unida y resiliente, que logre enfrentar los resultados ante algún fenómeno perturbador.

La diputada panista Lizzette Salgado Viramontes aseguró que estos sismos dejaron una huella indeleble en la historia reciente de la Ciudad de México, y generaron en su población sentimientos de solidaridad, unión y una fuerza organizativa de la sociedad civil nunca antes vista. “Aquel terremoto (1985) demostró lo desprotegidos y mal preparados que estábamos ante cualquier eventualidad, y sirvió como punto de partida de la cultura de la prevención en México”, expresó.