El divorcio con los paisanos en Estados Unidos está consumado. Porque al igual que sucedió el sábado pasado en el Rose Bowl de Pasadena ante Nueva Zelanda, la afición abandonó a la Selección Mexicana en el AT&T Stadium de Dallas ante Canadá este martes.
Una muy mala entrada se registró para el segundo partido del Tri en esta Fecha FIFA de septiembre, porque apenas y rondó los 20 mil aficionados, en un estadio muy moderno y enorme al que le entran 80 mil seguidores, con lo que se confirma que la afición mexicana en la Unión Americana ya le dio la espalda al combinado nacional.
Al grado de que la parte superior del inmueble no fue abierto a la venta, debido a la muy baja demanda de boletos para el cotejo ante el país de la hoja de maple, un rival que hoy por hoy es superior al combinado nacional en la Concacaf.
Y no es para menos, luego de los constantes y repetitivos episodios vergonzosos que ha dado el combinado nacional en los últimos meses y años, el más cercano el sucedido en la Copa América jugada en Estados Unidos, torneo en el que México ni siquiera clasificó de la fase de grupos.
A Javier Aguirre le han preguntado si le preocupa que la afición al Tri haya abandonado a la Selección Mexicana y si bien públicamente contesta que no y que tiene confianza en que poco a poco volverá la gente, está claro que el negocio que por años ha explotado la Federación Mexicana de Futbol en el país vecino del norte, con partidos “moleros” ante rivales de poca monta, más los chascos que se ha mandado México en los últimos tiempos, ya pasaron una notoria factura.
De la cual quién sabe si la Selección Mexicana y todo su aparato de marketing pueda levantarse lo que resta de este 2024, sobre todo cuando visite a Estados Unidos, si bien para la Fecha FIFA de octubre el conjunto del Vasco al fin volverá a territorio mexicano con los amistosos ante Valencia en Puebla y Estados Unidos en Guadalajara.
Por lo pronto, los paisanos del otro lado de la frontera ya castigaron en dos ciudades diferentes al Tri, tanto en Los Ángeles como ahora en Dallas, sedes que usualmente se vuelcan para ver al equipo mexicano, pero que ahora le han dado la espalda al mentado “mextour”, al que bien se le llama “moletour” desde hace ya varios años.