El asesino los acechó por días: así se planeó el doble homicidio que sacude a la CDMX

El homicida siguió de cerca a Ximena y José, colaboradores de Clara Brugada, antes de ejecutar un crimen cuidadosamente planeado



Foto: Erick Gómez / La Prensa

El escalofriante asesinato de dos colaboradores cercanos a Clara Brugada ha generado una profunda conmoción en la Ciudad de México. Nuevas revelaciones indican que el sicario responsable del crimen vigiló durante varios días a sus víctimas, Ximena Guzmán y José Muñoz, antes de perpetrar el doble homicidio.

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Según información revelada por el periodista Carlos Jiménez, conocido como C4, el asesino estableció un patrón de vigilancia meticuloso: se presentaba a la misma hora y en el mismo lugar donde, eventualmente, cometería el crimen a sangre fría.

Primer intento fallido: 14 de mayo

En un video publicado en redes sociales, Jiménez reveló que el sicario acudió al sitio el pasado 14 de mayo con la intención de asesinar a ambos colaboradores. Ese día, Ximena sí llegó al punto de encuentro, pero José no apareció, frustrando los planes del homicida.

A pesar de su presencia, el agresor pasó desapercibido. Esto le permitió retirarse sin levantar sospechas y planear su regreso con mayor precisión.

El día del crimen: así se consumó el ataque

El pasado martes 20 de mayo, el sicario volvió al lugar, esta vez encontrando a sus dos objetivos. Vestía chaleco, botas amarillas y un arnés, lo que sugiere una cuidadosa preparación para ejecutar el ataque.

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Abrió fuego contra Ximena y José, para luego huir del lugar. Durante su escape, abandonó un chaleco y un casco, elementos que ya forman parte de las evidencias clave en la investigación.

Cacería del responsable

Las autoridades han intensificado la búsqueda del asesino, quien ahora es rastreado activamente por los cuerpos de seguridad. El material abandonado en la escena, junto con los patrones de vigilancia registrados, proporcionan pistas fundamentales para su pronta identificación.

Este caso evidencia el alto grado de premeditación y frialdad con el que fue planeado el crimen. La persistencia del sicario y su capacidad para evadir la atención hasta el momento del ataque han dejado una marca de dolor en las familias de las víctimas y un llamado de alerta en la capital del país.