Si algo caracteriza a los oficiales del ejército estadounidense que se gradúan del Centro y Escuela de Guerra Especial John F. Kennedy en Fort Bragg (sede de los Boinas Verdes), es que sus misiones son en todo el mundo y están preparados para adaptarse en cualquier entorno. Mención aparte merecen los del séptimo grupo de fuerzas especiales que tuvo su sede en Panamá hasta algunos años, y cuyo teatro de operaciones es América Latina y el Caribe. Una de sus funciones es trabajar como infiltrados en objetivos como grupos del narcotráfico y guerrilla con labores de inteligencia y contrainteligencia. Su fuerte no es la intervención directa, sino la recopilación, el procesamiento y la explotación de la información de interés militar.
Su origen como Boina Verde adscrito en los años 80 en el séptimo grupo de fuerzas especiales en Panamá, fue uno de los datos que circularon el martes 10 cuando Donald Trump nominó al coronel retirado Ronald D. Johnson como próximo embajador de los Estados Unidos en México. El mensaje detrás de la designación es que el vacío institucional en el combate al tráfico de drogas, la migración y las amenazas híbridas como las que representan China y Rusia, se combatirán desde una perspectiva militar con herramientas de la inteligencia acorde al discurso del futuro inquilino de la Casa Blanca.
Uno de los últimos datos del futuro embajador se dio a conocer en abril del 2023, cuando recibió un reconocimiento como miembro “distinguido y honorario del Regimiento de Fuerzas Especiales”, lo que equivale a ser considerado “vínculo entre los miembros de los regimientos que prestan servicio actualmente y aquellos que se han separado del servicio activo o de reserva” pero siguen promoviendo los intereses estadounidenses. El respaldo de su alma mater implica que no será cualquier Embajador.
Estando en servicio en Panamá fue seleccionado como el primer oficial de las Fuerzas Especiales en asistir a la beca de la Escuela de Guerra del Ejército en la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Fue su segunda carrera tras sus servicios en el ejército, donde participó en operaciones de combate en todo el mundo en unidades de misiones especiales. En la CIA Johnson estuvo en la oficina de enlace de Ciencia y Tecnología, es decir se especializó en “inteligencia técnica” en operaciones de guerra “no convencional”. Fue asesor del Comando Sur como representante del Director de Inteligencia Nacional y de la CIA.
De acuerdo a fuentes militares que también cursaron estudios en Fort Bragg, el perfil del nuevo Embajador le permitirá darse cuenta cuál es la capacidad real de combate de las fuerzas armadas mexicanas. Como especialista en inteligencia podrá conocer a fondo las fallas en este rubro y cómo opera el sistema de complicidades en distintos niveles de gobierno que permiten los flujos de droga y el tráfico de migrantes “de nacionalidad especial” (como se les denomina a ciudadanos de países con organizaciones terroristas) que se han incrementado en los últimos años en el país.
Veremos qué pasa con los oficiales de inteligencia cubanos que operan con fachada de “médicos” con anuencia del gobierno, y los agentes rusos que gozan de un día de campo en territorio nacional.
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