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NOM PEN, Camboya.- El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, aseguró que “todo el mundo le ha fallado a Birmania“, en referencia a la crisis en la que está sumida el país desde el golpe de Estado militar de febrero de 2021.
“La comunidad internacional en su conjunto ha fallado y la ONU es parte de la comunidad internacional”, dijo Guterres en una rueda de prensa desde Nom Pen, donde asiste a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y sus principales socios.
El secretario general mostró su preocupación por la “absolutamente inaceptable violación sistemática de los derechos humanos” que sucede en el país desde que el Ejército tomara el poder y que está provocando un “enorme sufrimiento” en el pueblo birmano.
“Necesitamos reinstaurar la democracia a través de una transición en la que se liberen a todos los prisioneros políticos y se establezca un proceso inclusivo”, remarcó el representante de la ONU al mostrar su respaldo al gobierno de Indonesia, quien alberga la presidencia de ASEAN en 2023, para lograr “avances” al respecto.
El viernes, el presidente indonesio, Joko Widodo, se mostró muy crítico con la inmovilidad de la junta militar birmana para resolver la crisis provocada por la sublevación y propuso excluir a la junta birmana de todas las reuniones de la ASEAN.
Aunque el bloque, que incluye a Birmania y nueve naciones del Sudeste Asiático, se muestra dubitativo para tomar medidas más contundentes, tal y como muestra el comunicado conjunto emitido ayer, en el que insiste en proseguir con los cinco puntos de consenso alcanzados en abril de 2021 por los mandatarios y el líder militar birmano.
Poco se ha avanzado sobre este pacto, que incluye el cese de la violencia contra civiles, desde que fuera rubricado.
La ASEAN, fundada en 1967, está formada por Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam y Birmania, aunque esta última no cuenta con representante en la actual cumbre ya que la junta militar ha sido excluida por los pocos avances en las negociaciones para resolver la crisis.
La sublevación del 1 de febrero de 2021 ha sumido a Birmania en un profundo caos político, económico y social que ha exacerbado los conflictos armados que el país padece desde hace décadas.
Al menos 2.444 civiles han muerto por la represión de las autoridades desde la asonada, según la Asociación para la Asistencia de los Presos Políticos de Birmania.