Se sabe que en clavados China es potencia y su tradición ganadora en la fosa de unos Juegos Olímpicos, pesa y mucho a la hora de tomar decisiones por parte de los jueces.

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Si bien es cierto que la medalla de plata conseguida por la pareja de mexicanos Osmar Olvera y Juan Celaya en la plataforma de 3 metros, es un logro para el deporte nacional, queda la sensación de que ese último clavado era para ganar la Medalla de Oro.

La angustia de la pareja china en el último clavado mexicano

Y eso lo sabía la pareja de clavadistas chinos compuesta por Long Daoyi y Wang Zongyuan, quienes mostraron una tremenda angustia con la cara desencajada, tras el último clavado de los mexicanos.

De hecho, la toma de la transmisión internacional así lo constató, porque apenas cayeron al agua Celaya y Olvera, las cámaras se fueron con los clavadistas chinos, quienes esperaban para ver los resultados.

Muy notoria fue la reacción de Wang Zongyuan, quien agachó la cabeza y se llevó la mano izquierda a la cara en clara señal de preocupación, mientras tenía cruzado el brazo derecho; en tanto que Long Daoyi se quedó pasmado y solo se tomó el pelo con un semblante de angustia.

Si la reacción de los chinos no fuera tan convincente de que el último clavado mexicano era para Oro, la de la pareja británica al lado izquierdo de la imagen, también es de preocupación, toda vez que el clavado mexicano los iba a bajar mínimo a la tercera posición, lo cual al final sí sucedió.

China tiró su clavado más difícil de 3.8 y México de 3.9

Cuando se da a conocer que el score del último clavado mexicano con un grado de dificultad de 3.9 es de 94.77 puntos, para un total de 444.03, los chinos se aliviaron toda vez que ellos en su último turno sacaron 95.76, para un total de 446.10. Los asiáticos no lanzaron un clavado con ese grado de dificultad en toda la competencia y el más alto fue de 3.8, precisamente, el último.

De manera que la diferencia entre China y México fue de dos puntos entre Oro y Plata, en una competencia en la que al final siempre influye la decisión de jueces que pueden estar condicionados a la costumbre de dar como ganador siempre al mismo país.