Al cumplirse un año de violencia incesante en Sinaloa y en medio del escándalo por el huachicol fiscal que involucra a mandos de la Marina, la senadora del PRI Carolina Viggiano Austria exigió que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo rompa el pacto heredado de Andrés Manuel López Obrador con el crimen organizado.
La legisladora, junto con su compañera de bancada Paloma Sánchez Ramos, advirtió que el problema es de raíz y tiene un carácter estructural, al señalar que “el huachicol y el narcotráfico se retroalimentan. Hoy nos enfrentamos a un sistema que financia campañas políticas, que alimenta la violencia y que coloca a la delincuencia con más poder que el propio Estado”, afirmó.
Viggiano Austria indicó que la corrupción en la Marina confirma la complicidad de altos mandos ya que “ese tipo de delitos solo se explican con la complicidad de altos mandos. Mientras el crimen tenga financiamiento, no habrá paz”.
Señaló que el huachicol fiscal surgió en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, quien reconoció que nada pasaba sin que lo supiera.
“Colocó a los militares en tareas vulnerables a la corrupción y expuso a una de las instituciones más respetadas del país”, advirtió.
Las senadoras insistieron en que este sistema no solo alimenta la violencia, sino que también financia campañas políticas. “La delincuencia tiene hoy más poder que el Estado”, señalaron y, reiteraron que la exigencia ciudadana en Sinaloa debe ser atendida con urgencia.
“No queremos más sangre, ni dolor, ni que Sinaloa sea definido por la narcocultura. No nos vamos a cansar de exigir justicia y paz”.
Por lo anterior, reiteró que la presidenta tiene la responsabilidad de marcar un cambio de rumbo y demostrar que no seguirá los pactos de impunidad heredados de su antecesor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
En conferencia de prensa en el Senado de la República, ambas senadoras señalaron que los gabinetes de seguridad “son más de lo mismo”, sin resultados ni compromisos verificables, y acusaron indiferencia y complicidad de las autoridades frente al dolor de las víctimas.
Sobre la violencia en Sinaloa, la senadora priísta Sánchez Ramos recordó que el 9 de septiembre de 2024 comenzó “uno de los episodios más dolorosos en la historia de Sinaloa”, cuando balaceras y bloqueos paralizaron a la entidad.
Describió que “las calles que antes estaban llenas de vida ahora están repletas de miedo”, que las escuelas funcionan entre el pánico y la incertidumbre y aseguró que muchos negocios quebraron y que la ciudadanía vive con temor permanente de no regresar a casa al salir a trabajar o a la escuela.
La legisladora presentó las cifras de un año de crisis al señalar que se han registrado casi 2 mil homicidios, más de mil 900 desaparecidos, 13 mil 500 víctimas directas por algún delito, más de 60 niñas y niños asesinados y, al menos 142 desaparecidos.
Además de que se tiene el registro de seis mil 700 vehículos robados; dos mil 662 comercios asaltados, 36 mil millones de pesos en pérdidas económicas; 36 mil empleos perdidos y al menos dos mil empresas cerradas, por lo que al frente a esa realidad, cuestionó que la única respuesta oficial haya sido insistir en que “estamos mejorando”.
También reprochó que la presidenta anunciara de última hora la sesión del gabinete de seguridad en Culiacán, calificándola como una medida improvisada, al afirmar que “cada vez que están en Sinaloa tienen primeras reuniones, pero no hay seguimiento a los acuerdos, no hay compromisos ni estrategias que se puedan evaluar. No han cumplido con nada de lo que prometieron”, afirmó.
Las críticas se dirigieron también al gobernador Rubén Rocha Moya, a quien acusaron de limitarse a felicitar a quienes marcharon sin asumir compromisos.
“Ese gobernador con su silencio y falta de acción se ha vuelto cómplice de los criminales. Es un gobernador cobarde, callado, que ha intentado minimizar la crisis más grande que hemos enfrentado. Un gobernador que no gobierna y que se esconde”, sostuvo Sánchez Ramos.
En contraste, reconoció a los más de 50 mil ciudadanos que se manifestaron el domingo pasado en Sinaloa “han alzado la voz y han reclamado su derecho a una mejor vida. No dejemos que los malos nos derroten, luchemos todos los días para demostrar que estamos hartos de la violencia”.
Sánchez Ramos rechazó que exigir la renuncia del gobernador o denunciar la complicidad con el crimen sea un acto de traición, como han insinuado algunos sectores.
“Los traidores son ellos, que han defendido al gobernador y minimizado la crisis. Nosotros siempre hemos pedido colaboración, nunca intervención. Pedir paz nunca nos va a colocar como traidores”, aclaró.
Al hablar de la estrategia de seguridad, fue contundente al cuestionar sobre “¿quién gobierna Sinaloa en estos momentos? El crimen organizado”, sin embargo, reconoció la presencia de Ejército, Marina y Guardia Nacional en las calles, pero subrayó que eso no ha evitado el sufrimiento de las víctimas.
Señaló además que las fuerzas armadas viven en condiciones precarias, “dormidos en escuelas, en el piso, sin alimento suficiente”, y que son los propios ciudadanos quienes los auxilian con agua y comida.
Finalmente, denunció la violencia en hospitales al acusar que “en Culiacán entran personas del crimen organizado disfrazadas de enfermeros para rematar a las víctimas. Tres hospitales en un mismo fin de semana. Es una burla”, afirmó, al relatar el asesinato de un chef conocido, padre de familia, ocurrido en un hospital y que dejó a su viuda con un hijo pequeño.




