Explorando la Belleza Femenina: Representaciones del Siglo XVI al XX

La exposición “Representaciones femeninas en transformación” reflexiona sobre la relación entre belleza femenina y deber sociocultural en arte y moda del siglo XVI al XX.



Foto: cortesía de cultura

Con el propósito de reflexionar sobre la compleja relación que se dio entre la representación de la belleza femenina y el deber sociocultural que rigió el arte y la moda desde el siglo XVI hasta mediados del XX, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) inauguraron el jueves por la noche, en el Museo Nacional de San Carlos (MNSC), la exposición Representaciones femeninas en transformación

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La exposición, integrada por más de 100 piezas, entre óleos, grabados, fotografías, vestidos, revistas y parafernalia femenina, toma como base la colección de arte del MNSC y se complementa con obras de los museos Nacional de Arte (Munal), de Arte Moderno (MAM), del Objeto del Objeto (Modo) y de la colección de moda de Rodrigo Flores, además de diversas piezas de coleccionistas privados.

Algunos de los autores presentes en la muestra son Joaquín Sorolla, Pierre Ribera, Jorge González Camarena, Ángel Zárraga, Raúl Anguiano, Henri Decaisne y Carlos Vázquez Ubeda, entre muchos otros.

Con la curaduría de Ana Elena Mallet, Pilar Obeso y Mariano Meza, curador del MNSC, la muestra fue inaugurada, con la representación de la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, por la subdirectora general del Patrimonio Artístico Inmueble, Dolores Martínez Orralde; la directora del recinto anfitrión, Mireida Velázquez Torres; la coordinadora nacional de Artes Visuales, Lluvia Sepúlveda; y la curadora Ana Elena Mallet.

Revisar las colecciones desde una mirada contemporánea

Al inaugurar la exposición, Dolores Martínez expresó: Es un gusto inaugurar esta exposición que revisa el acervo del Museo Nacional de San Carlos con una mirada crítica que nos invita a reflexionar sobre la compleja relación entre la representación de la belleza femenina y el deber ser sociocultural que rigió el arte y la moda desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XX.

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A lo largo de los siglos el cuerpo femenino en el arte ha sido utilizado como representación de un ideal hegemónico, formado a partir de conceptos patriarcales que revelan el constructo social de cada época, agregó la subdirectora general.

A través de las obras y a partir de cuatro temáticas específicas, la exposición –destacó la funcionaria– plantea varios cuestionamientos en torno a la concepción visual de la figura humana de la mujer a través del arte y la moda, y la manera en que los ideales de belleza han determinado no solo nuestra percepción, sino también la necesidad de responder a los requerimientos que subliman y distorsionan la realidad femenina a partir de parámetros masculinos.

En ese sentido, destacó que a través de esta exposición el Museo Nacional de San Carlos, recinto de la Red de Museos del Inbal, cumple con su misión de revisar y estudiar su propio acervo, pero a partir de nuevas lecturas para hacer del museo “un lugar cercano, desde el que se construyan nuevos ideales y se vislumbre un futuro mejor”.

En su momento, la curadora Ana Elena Mallet agradeció la invitación hecha por el MNSC para encabezar esta exposición y agradeció especialmente “la confianza y la apertura a este diálogo, pues desde que se planteó el proyecto pasaron muchas cosas, entre ellas una pandemia y otros temas que llevaron a replantear la muestra y siempre hubo una apertura y confianza por parte de la institución”.

Lo que el público podrá encontrar aquí –consideró la curadora– es una exposición “preciosa, con un diálogo y paciencia de muchos participantes, marcada por el empeño de los co-curadores; un trabajo colectivo que es preciso ponderar en este momento, porque se refleja en la exposición: “Ha sido un placer trabajar con el equipo del museo”.

Luego destacó que la muestra es el ejemplo de una tarea que debe continuar en otros museos del Inbal, que es el repensar en colectivo las colecciones de cada museo, nuestros museos, porque de pronto se piensa que el acervo del Museo Nacional de San Carlos es un acervo antiguo, que ya no nos compete; pero aquí vemos que la colección del MNSC también encierra un discurso contemporáneo.

Al dar la bienvenida a la inauguración, la directora Mireida Velázquez refirió que el proyecto de exposición se pospuso por varios motivos, el principal de ellos, la pandemia. Pero a lo largo de cinco años –subrayó– se materializó con el apoyo decidido de la curadora invitada Ana Elena Mallet, quien se sumó generosamente al proyecto.

Para ello –agregó—se invitó como co-curadores a Pilar Obeso para abrir el diálogo en torno al devenir de la moda femenina y sus proyecciones en la visualización de los cuerpos a lo largo de la modernidad, y a Mariano Meza, amplio conocedor de las colecciones del MNSC, quien aportó a la discusión diferentes ejemplos de la historia del arte occidental a través del acervo, y todo ello nos permitió construir una muestra en la cual se ponen en evidencia modelos de representación y aspiraciones a las cuales las mujeres debieron adaptarse para cumplir con el deber ser, impuesto por las sociedades patriarcales.

Representaciones femeninas en transformación en cuatro núcleos

La muestra Representaciones femeninas en transformación explora, a través de cuatro núcleos, los arraigados cánones de belleza hasta el notorio cambio del siglo XX con la liberación de la mujer, ya que a lo largo de la historia los ideales de belleza física femenina han sido plasmados y registrados a través de obras de arte hechas casi exclusivamente por hombres. Incluso los atributos físicos y conductuales que se espera que representen y distingan a las mujeres de una época han sido establecidos por un sistema patriarcal.

En la primera parte de la exhibición se presentan piezas que reflejan las fluctuaciones en los prototipos de belleza, siempre subordinados a los cánones impuestos por una visión masculina. A través de distintos movimientos pictóricos, que abarcan desde el siglo XVI hasta el XX, se presentan obras de artistas masculinos que representan un cuerpo femenino con actitud pasiva, suave y condescendiente —mujeres ociosas, con físicos curvados, en diversas actividades recreativas— que ilustran la idealización del cuerpo femenino y una constante aspiración hacia la perfección.

En el núcleo uno, Adornos y transformación, el visitante podrá conocer cómo, a lo largo del tiempo, las mujeres han utilizado normas restrictivas y diversas técnicas para ajustarse a las proporciones “ideales” impuestas por el patriarcado.

Inicialmente, la vestimenta desempeñó un papel central en esta simulación, pero pronto surgieron objetos y artefactos que permitieron la modificación temporal o permanente del cuerpo. Este proceso de arreglo se transformó en un ritual de modificación corporal, reflejo de las presiones y expectativas impuestas por la sociedad.

Así, se exponen objetos y prendas que adornan y transforman estos ideales de belleza: desde trajes y vestidos hasta ropa interior, sombreros y corsés, acompañados de pinturas de retratos y publicidad de cosméticos y productos milagrosos.

En La mujer y su representación en el espacio el público conocerá la evolución de la moda y cómo la mujer transformó su físico a partir de protocolos y reglas sociales, siempre supeditada a su condición civil, que determinó su comportamiento y representación en el espacio público y privado. La indumentaria, como expresión tangible de estas normas sociales, jugó un papel central al usar prendas, convirtiéndose en portadoras de mensajes y símbolos que resaltan la cualidad de las mujeres en relación con su estado civil.

Esta sección busca, iconográficamente, plasmar los protocolos sociales que han regido la vida de las mujeres en diversas épocas. Además, explora la creación de las tiendas departamentales a finales del siglo XIX y las diversas secciones que albergaban según el estatus civil de las mujeres y su comportamiento. Entre estas secciones destacan: el departamento de viudas, de novias, de trajes de baño, de trajes de noche y de ropa para dormir.

En el núcleo titulado Objetos de deseo (La objetivación de la mujer a través de la imagen), que se integra con pinturas, esculturas, fotografías eróticas y el fenómeno de las pin-ups, se revelan los mecanismos detrás de la utilización histórica de la imagen femenina como un objeto “poseíble” por el hombre.

Finalmente, en La mujer se libera se presentan momentos clave en los cuales las mujeres desafiaron las normas establecidas tras el siglo XX, un periodo de emancipación y autonomía femenina. A través de prendas, obras plásticas y representaciones cinematográficas, se celebra el cambio radical en la estética femenina y la apertura a la libertad de elección y expresión.

En esta sección se reproducen videos con extractos de películas que demuestran la liberación institucional y sexual de la mujer, como Patsy mi amor y Los caifanes, así como objetos, publicidad y muñecas Barbie — objeto de debate en términos de su impacto en el feminismo—personaje que “comenzó su vida laboral en los años 1970”, presentando una amplia gama de profesiones y estilos de vida. Esto no solo mostraba opciones más diversas para las niñas, sino que también promovía la idea de que las mujeres pueden desempeñar una multiplicidad de roles en la sociedad.