“A los migrantes nadie les ha regalado nada, absolutamente nada. Todo lo han ganado con su esfuerzo, con su trabajo, con su dedicación, con su responsabilidad“, afirmó el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, al exigir respeto a los migrantes que viven en Estados Unidos, a su dignidad como seres humanos, a sus derechos y a su contribución a la economía del país vecino.

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El pronunciamiento lo realizó durante un acto público en Díaz Ordaz, Tamaulipas, donde el legislador recalcó que quienes han emigrado no lo han hecho por caridad ni por comodidad, sino por necesidad y con la convicción de salir adelante.

“Fueron a trabajar, fueron a buscar una oportunidad. Nadie fue a estirar la mano“, expresó.

Reconoció que cada país tiene derecho a establecer sus propias reglas migratorias, pero criticó duramente que en algunos casos se mantenga en la irregularidad a personas que han vivido durante décadas en otro territorio.

“Es perverso que haya gente que ha vivido por décadas en otro país y que ese país no regularice su situación migratoria. Hasta una licencia les escatiman”, advirtió.

Fernández Noroña también retomó un mensaje expresado previamente por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y subrayó que la relación entre naciones debe fundarse en el respeto y la cooperación, sin subordinación.

“Lo ha dicho nuestra compañera Claudia Sheinbaum muy claro: coordinación sí, trabajo conjunto sí, subordinación nunca. México es un país independiente y soberano, y lo seguirá siendo hasta el último momento de la existencia de la humanidad. Que quede muy claro”, advirtió.

El senador morenista afirmó que México no está en posición de confrontación, sino que demanda el mismo respeto que ofrece a otras naciones.

“No estamos con bravuconerías. Lo único que pedimos es respeto“, sostuvo, al tiempo que enfatizó la importancia de mantener el diálogo y el debate con firmeza, pero siempre dentro del marco del respeto mutuo.

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Finalmente, hizo un llamado a erradicar el clasismo y refrendó que el valor de las personas no está determinado por sus bienes materiales. “Nadie vale más por lo que tiene. Todos valemos lo mismo“.