REDACCIÓN OVACIONES
Foto: EFE
Los tabloides británicos acechaban a Freddie Mercury desde que su exmanager, a cambio de 100 mil dólares, reveló a The Sun que dos de sus antiguos amantes habían sucumbido al VIH. En el círculo íntimo que compartió su diagnóstico, se gestó el último video para Queen, un testamento de genialidad y energía desgastada.
Freddie Mercury, el ícono de Queen, falleció a los 45 años en su mansión londinense, dejando tras de sí un legado musical inigualable. Su pérdida de peso en el último año alimentó especulaciones sobre su salud, mientras la prensa sensacionalista acechaba. Días antes de su muerte, consultó con su representante sobre cómo revelar al mundo su batalla contra el SIDA. Un comunicado lo confirmó, y 24 horas después, el 24 de noviembre de 1991, la bronconeumonía, complicación del SIDA, lo llevó.
Freddie confió en unos pocos: su peluquero Jim Hutton, último amor; Jim Beach, mánager de Queen; Peter “Phoebe” Freestone, asistente personal; y Mary Austin, su exnovia, heredera de su fortuna. En 1987, Hutton reveló que Freddie, tras la muerte de dos amantes, se sometió a la prueba del VIH, confirmando sus temores.
Nacido Farrokh Bulsara en 1946, en Zanzíbar, Mercury redefinió el rock con Queen. Su genialidad, estilo y carisma son inmortales. Su voz, estudiada científicamente, revela su barítono único. Sus actuaciones en Live Aid y Wembley son hitos del rock.
En 1987, la traición de su exmanager Prenter desató escándalos y revelaciones íntimas. Freddie, nunca habiendo salido del armario públicamente, fue expuesto por The Sun. Su última aparición pública fue en los premios Brit en 1990, con agradecimientos breves.
En mayo de 1991, débil pero decidido, Freddie filmó el videoclip “These are the days of our lives”. Consumido por la enfermedad, desafiando el riesgo, su esfuerzo era evidente. Los últimos meses se recluyó, abandonó la medicación y murió rodeado de seres queridos, convirtiéndose en leyenda, según amigos.
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Freddie Mercury, el maestro del escenario, dejó un legado imborrable. Su vida, marcada por la traición, la lucha contra el VIH y la valentía ante la muerte, se convierte en un capítulo trascendental de la historia del rock. Su genialidad, voz única y carisma resonarán por siempre, mientras el mundo recuerda al hombre que desafió tabúes y se convirtió en una leyenda inmortal.
