Gloriosa victoria de Murray en Australia

20, enero 2023

EFE

Foto: Efe

En una batalla épica, resuelta después de cinco sets, casi seis horas de lucha y finalizada bien entrada la madrugada del viernes en Melbourne, el británico Andy Murray sobrevivió en el Abierto de Australia con una memorable remontada ante el local Thanasi Kokkinakis (4­6, 6­7(4), 7­6(5), 6­3 y 7­5).

El empeño y la fe del veterano tenista escocés le mantuvieron en pista ante un rival incapaz de frenar la mejoría del otrora número uno del mundo que, sabedor de que ya está alejado de la gloria que disfrutó antaño, aún tiene cosas que decir en el circuito y que escribir páginas memorables como la que protagonizó en esta ocasión.

Murray se aferró a la pista. Cinco horas y 45 minutos de pelea ante un adversario al que no le bastaron los 37 saques directos con los que terminó el partido. Se resiste a marcharse del primer Grand Slam de la temporada Andy Murray que tendrá como próximo rival al español Roberto Bautista, el único de la Armada que sobrevive en el cuadro masculino y que también necesitó de 5 sets para batir a Brandon Holt.

Fue un partido dramático con ambos jugadores emocionalmente muy implicados: Kokkinakis jaleado por el público que aguantó hasta la madrugada, pero furioso por sus propios errores, y Murray consciente de que cada ronda es una nueva vida en su larga carrera deportiva, que llegó a verse interrumpida por las lesiones.

Tras ganar el australiano las dos primeras mangas, Murray hizo de todo menos rendirse: se autoanimó con golpes de pecho, intercambió gritos con su grada y, sobre todo, sostuvo la mirada a su rival, firmó puntos de puro espectáculo y dejó a Kokkinakis con cara de desconcierto, mientras él alzaba el puño de camino y de vuelta del vestuario tras llevarse el tercer set en el desempate.

Era una cuestión de superviviencia para el tenista escocés que disputa su decimoquinta presencia en Melbourne, donde cinco veces llegó a la final, acarició un título que nunca logró. Cuatro veces le apartó del éxito Novak Djokovic, otra Roger Federer.

Sabe Murray que tampoco en esta ocasión lo va a hacer pero lo suyo es una permanente lucha consigo mismo. Mermado físicamente se empeña en cada torneo por dar un paso más. Se aferró a la pista ante Kokkinakis en un duelo de horas intempestivas. Eterno, que se alargó más allá de las cinco horas y que se resolvió en cinco sets.

A sus 35 años, operado dos veces de la cadera, Andy Murray no pierde ilusión.