Quién provocó a quién es lo de menos.
Los granaderos que Claudia Sheinbaum Pardo dijo desaparecer el 5 de diciembre de 2018 cuando tomó posesión del gobierno de la Ciudad de México, ahí estaban.
Con uniforme distinto pero equipo igual o mejor, los golpeadores profesionales – para eso los entrenan – y grupos de contención de manifestantes y de todo aquel que pretenda romper el orden -ese cuento es el que utilizan siempre- soltaron escudazos a quienes se atravesaban en su camino.
Y todo, en las afueras del Congreso CDMX, donde hace unos años cobraban los diputados federales y los asambleístas.
Hoy son flamantes diputados.
Lía Limón, la más golpeada, y Mauricio Tabe, quien dice haber recibido un golpe, encabezaban al grupo de alcaldes que ganaron el 6 de junio.
Provocadores
Martí Batres Guadarrama, el senador con licencia que hizo el ridículo al llevar su comida en Tupperware, como cualquier oficinista para ahorrar por la austeridad republicana, negó que el gobierno capitalino haya enviado a los uniformados a golpearles y calificó el zipizape como una provocación de la derecha.
-Bastaba con una llamada a mí o a los coordinadores de los grupos parlamentarios, dijo el hoy secretario de Gobierno impuesto por Andrés Manuel López Obrador, tras la paliza del 6 de junio en las urnas, cuando Movimiento Regeneración Nacional (Morena) perdió 9 de 16 alcaldías.
Perder nueve de dieciséis alcaldías es un golpe que ni Andrés Manuel ni Claudia han podido asimilar.
Es más del cincuenta por ciento en manos de la oposición, en el corazón del movimiento, en la ciudad que les vio nacer y en la que la presunta izquierda ha gobernado desde 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano se impuso en las primeras elecciones para jefe de gobierno en el entonces Distrito Federal, con los colores del PRD.
Nadamás 24 años.
Apapachan a los priístas
La emoción que provocaron a los adversarios de Andrés Manuel con el triunfo en las elecciones del 6 de junio y el resultado para la Cámara de Diputados ya se desvaneció.
Se les olvidó.
Los diputados del PRI que comanda Rubén Moreira Valdez -exgobernador de Coahuila y hermano de Humberto Moreira Valdés, quien lo puso en el cargo cuando era líder del tricolor- andan felicianos, porque tienen la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y eso significa que Morena los consentirá a cambio de sus votos… para construir la mayoría calificada, que tenía en la actual legislatura y que perdió el mismo 6 de junio.
¡Cuánta razón tenía Andrés Manuel, cuando en una mañanera recién se conocieron los resultados oficiales, dijo que la opción era buscar los votos del tricolor!
Desde entonces han pasado casi tres meses.
Y los morenistas ya los tienen en sus manos.
Sólo es cuestión de consentirlos, de mimarlos.
De apapacharlos.
Vámonos:
¿Envió a sus hijos a la escuela?
El momento no está como para hacerlo.
albermontmex@yahoo.es @albermontmex