Guadalajara: Ni la paciencia ni los millones

Chivas es un desastre. Chivas es un completo desastre. Chivas es un completo y absoluto desastre. Millones de aficionados, más de la cuarta parte de los que gustan del futbol son seguidores del Guadalajara, acabaron mentando madres el domingo después de que el Puebla les aplicó la misma que un año atrás. En penales, en

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Chivas es un desastre. Chivas es un completo desastre. Chivas es un completo y absoluto desastre.

Millones de aficionados, más de la cuarta parte de los que gustan del futbol son seguidores del Guadalajara, acabaron mentando madres el domingo después de que el Puebla les aplicó la misma que un año atrás.

En penales, en Puebla, de visitantes pues, porque la medianía del comportamiento del equipo no dio ni siquiera para ser uno de los mejores 8 del torneo, y avanzó en noveno sitio a una repesca que es un engaño, una ilusión, un “nada” que alivia en nada la situación de un equipo que ha gastado más de mil millones de pesos en refuerzos los últimos tres años.

Mil millones que en su mayoría acabaron en la basura, porque de las Chivas 2.0 no queda ni el recuerdo. Claro que los periodistas “amigos” han tratado de minimizar la situación, en la que, evidentemente, no se puede ir Amaury Vergara, pero que quien por dignidad ya debería de hacerlo antes de que lo corran, es Ricardo Peláez, quien parece que perdió su “chupamirto” y la brújula que lo convirtió en un dirigente exitoso cuando estuvo en el América.

Pero tras el fracaso de la llegada y salida por diferentes razones de Uriel Antuna, José Madueña, José Juan Vázquez y Alexis Peña (y ya se había ido JJ Macías, pero se los re- gresaron y se lesionó), cuatro de los siete “fantásticos” de las Chivas 2.0; y el hecho innegable que Ormeño no sea titular y que no se acabó de acomodar, la situación es de vergüenza.

Creo que Cadena es el menos culpable. Como no lo fue Tena o Vucetich a quienes no les preguntaron qué que- rían, sino que “por sus pistolas”, Peláez acabó trayendo lo que él quería, lo que él creyó que iba a funcionar. En Chivas pasaron por alto un precepto que ha hecho Bill Belichick el mejor entrenador en jefe de la NFL, privilegiar “al hombre que mejor se adapta al sistema, sobre el mejor hombre disponible”.

Nadie garantizaba que los refuerzos escogidos por Peláez y autorizados por Vergara iban a funcionar. Nadie puede criticar al dueño, porque para eso tiene a su “guru”, cuyas predicciones fueron peores que las famosas “previsiones meteorológicas del famoso y desaparecido Juan Carlos Iracheta en el programa de Memo Ochoa en Televisa hace un par de décadas. Cuando Iracheta decía que iba a estar soleado, lo mejor era llevarse el paraguas. Y cuando decía que iba a llover es cuando las chicas podían salir de minifalda. Así le ha pasado al ex ariete azulcrema.

El inexistente proceso tapatío toca fondo al analizar que de la plantilla de 31 jugadores, sólo ocho provienen de las fuerzas básicas del equipo, apenas cuatro jugaron el partido contra el Puebla y de esos prominentes novatos, uno, Jesús Sánchez, ya tiene 33 años. En cambio, cuatro vinieron de fuera, Calderón, Alvarado, Brizuela y Vega, y los tres cambios igualmente fueron refuerzos: Angulo, Ormeño y Zaldívar. Completaron el once titular, dos jugadores hechos en otros equipos pero que se consolidaron en la liga de desarrollo, Flores, Jiménez y uno en España, Olivas.

Los tiempos aquellos en que la cantera de Chivas era un orgullo nacional lucen lejanos. Vergara ha tenido la paciencia San Francisco de Asís y el oro del Rey Midas, pero todo se acaba. La paciencia y, sobretodo, los millones… Y no olvidar que aquel que por conservar la chamba pierde la dignidad, termina por perder la chamba y la dignidad…