POR URBANO BARRERA
El presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a esclarecer y castigar a los asesinos materiales e intelectuales de los dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Urique, Chihuahua.
Ello, porque dijo, el imputado José Portillo Gil es una persona que lleva una vida normal, es patrocinador de un equipo de béisbol, conocido en toda la región, con una orden de aprehensión y se movía sin problemas.
“Hay que ver sino había impunidad, protección, acuerdos y se tiene que ir a fondo. Que se conozca la verdad”.
El presidente comentó que coincide con el Papa Francisco en que la violencia no es el camino para terminar con la violencia.
Señaló que con la aparición de los cuerpos no se cierra la investigación y los responsables tendrán su castigo conforme a la ley.
“Es muy extraño, inaceptable y sospechoso que una persona así como José N. Portillo Gil lleve una vida normal” se cuestionó.
Al momento se sabe que esta persona está ligada al crimen organizado y ya es buscado a nivel nacional e internacional.
Hay que recordar que el gobierno de Chihuahua ofrece una recompensa de cinco millones de pesos y la Interpol ya emitió una alerta internacional para su búsqueda, localización y detención.
‘El Chueco’ como se conoce al probable responsable es uno delos principales operadores de la zona y es ampliamente conocido por la población.