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El neerlandés Max Verstappen (Red Bull), último campeón del mundo, ganó este domingo el Gran Premio de la Emilia Romagna, el cuarto del Mundial de Fórmula Uno, disputado en el circuito de Imola (Italia), donde su compañero mexicano Sergio Pérez acabó en segunda posición una carrera en la que abandonaron los dos españoles, Carlos Sainz (Ferrari) y Fernando Alonso (Alpine) y que acabó en pesadilla para la ‘Scuderia’, que corría en casa.
Verstappen, de 24 años, logró su vigésima segunda victoria en la F1 -la segunda de la temporada, después de la de Arabia Saudí- de forma brillante, firmando un ‘Grand Chelem’ (saliendo desde la ‘pole’, marcando la vuelta rápida y liderando la carrera de principio a fin) y encabezando el ‘doblete’ de Red Bull por delante de un sensacional ‘Checo’; que firmó su decimoséptimo podio en la categoría reina en una carrera que el inglés Lando Norris (McLaren) acabó tercero.
Norris se benefició del grave error que cometió el monegasco Charles Leclerc (Ferrari), líder del Mundial, cuando rodaba tercero, a falta de nueve de las 63 vueltas que se dieron este domingo a Imola. Leclerc acabó la carrera en sexta posición; en una jornada triste para el equipo de Maranello ante su afición, pero sigue al frente del campeonato, ahora con 86 puntos, 27 más que Verstappen y con 32 sobre ‘Checo’, que repitió en la mítica pista italiana el segundo puesto logrado hace dos semanas en Australia.
La carrera acabó a las primeras de cambio para Sainz -recién renovado hasta 2024 con la ‘Scuderia’-, al que tocó en la salida el australiano Daniel Ricciardo (McLaren), sacándolo de pista y enviándolo a la zona de grava, de la que el piloto madrileño ya no pudo sacar su monoplaza. En un lance por el que, una vez acabada la carrera, Ricciardo se presentó en el ‘motorhome’ de Ferrari para pedirle disculpas a Carlos, segundo en Barein y tercero en Arabia, que ahora bajó al quinto puesto en el Mundial, con 38 puntos.
El infortunio volvió a golpear a su compatriota Alonso, que sólo cinco vueltas después, protagonizó su segundo abandono en cuatro carreras. Al doble campeón mundial asturiano (2005 y 2006, con Renault) le tocó el alemán Mick Schumacher en la salida; y sólo después de que abandonase la pista el coche de seguridad que entró a causa del accidente de Sainz, se le soltó un trozo del pontón del Alpine, por lo que entró en garajes tras el sexto giro y ya no reanudó la carrera.
Llovió antes de la prueba en la bastante fresca Imola y, con el asfalto mojado, se tomó la salida con neumáticos intermedios, con la incertidumbre de las condiciones meteorológicas cambiantes y a sabiendas de que muy seguramente la pista se secaría antes de que pudiese volver a llover, lo que finalmente no sucedió.
Verstappen -que el viernes había firmado su decimocuarta ‘pole’ en la F1, la primera del año; y que el sábado se anotó la primera prueba sprint de la temporada- salía desde el primer puesto de la parrilla, con Leclerc a su lado, en la primera fila. Por delante de ‘Checo’ -que el sábado avanzó cuatro puestos y este domingo arrnacó tercero- y de Sainz, que en la carrera reducida se resarció del error del viernes -cuando se accidentó en la Q2- y remontó del décimo al cuarto.
Alonso, quinto en la precalificación, perdió cuatro puestos en la prueba sprint y arrancó noveno en Imola, donde en 2005 -el año de su primer título, con Renault- había logrado una de sus 32 victorias al lado de Mick, que completó una gran calificación para Haas, que su compañero danés Kevin Magnussen -sorprendente cuarto en la cronometrada- acabó octavo, firmando la mejor posición en parrilla de toda la historia de la escudería. Todo lo contrario que Mercedes, que desde 2012 no se quedaba sin meter a ninguno de sus pilotos en la Q3 y que este domingo ocupó la undécima plaza de la parrilla con Russell y la decimocuarta con el séptuple campeón mundial Lewis Hamilton.
Russell remontó siete plazas y acabó cuarto, pero Sir Lewis acabó en idéntico puesto en el que tomó la salida.
Verstappen salió bien, al contrario que Leclerc, al que rebasaron tanto ‘Checo’ como Norris. Poco antes del accidente que acabó con la carrera de Sainz, que después de que le tocara Ricciardo acabó con su monoplaza ‘clavado’ en la grava a las primeras de cambio, provocando la entrada del coche de seguridad.
Y si la cosa ya pintaba mal para los intereses españoles, se complicó aún más seis vueltas más adelante, cuando abandonó Alonso, que se había tocado con el Haas del hijo del ‘Kaiser’ en la salida y, bastante más adelante, después de que se relanzase la carrera al retirarse el ‘safety car’, perdió un trozo del pontón de su Alpine, engrosando su colección de infortunios en lo que va de curso, con dos retiradas en cuatro carreras y con el exiguo botín de dos puntos que lo sitúan en la decimoquinta plaza del Mundial.
Ricciardo, sin nada que perder, después de que su percance con Sainz lo enviase al fondo de la parrilla, fue el primero en atreverse a instalar las ‘slicks’. El simpático piloto de Perth optó por el neumático duro, a diferencia de todos los demás, que eligieron el medio: el que puso dos giros más adelante ‘Checo’, dando lugar al baile de entradas a garajes; que retrasaron una vuelta más que el resto, marcándose entre sí, tanto Verstappen, como Leclerc: que había recuperado una posición, vueltas antes, al rebasar a Norris.
Tras parar en la 20, ‘Mad Max’ regresó líder a pista y Leclerc no entró por delante del mexicano de Red Bull, que no sólo resistió el ataque del monegasco, sino que lo taponó todo lo que pudo, en beneficio del nuevo ídolo deportivo de los Países Bajos. Incluso después de haberse dado un ‘paseo’ por el verde, tres giros más adelante.
Superado el ecuador de la carrera, tras la vuelta 32, Verstappen -repitiendo vueltas rápidas- lideraba con diez segundos de ventaja sobre su compañero y doce respecto a Leclerc; con Norris cuarto, a 27; y Russell, que había remontado seis puestos desde la arrancada, rodando en la sexta plaza, a 34 segundos del neerlandés.
Verstappen pasó de ‘destronar’ la temporada pasada -algo que no lograría, no obstante, hasta la última vuelta de la última carrera- al siete veces campeón mundial Hamilton, 13 años mayor que él, a doblarlo al inicio de la cuadragésima primera vuelta de la carrera de este domingo. El astro inglés atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su muy brillante carrera y sólo es séptimo en el Mundial, a 58 puntos de Leclerc; y, sobre todo, a 21 de su nuevo compañero, su compatriota Russell, cuarto en la general, con once puntos más que Sainz
En la 50, después de debatirlo con sus ingenieros, Leclerc paró a poner el blando, acción que replicó ‘Checo’ un giro más adelante. Y a pesar de que lo intentó, el piloto del principado de la Costa Azul no sólo no pudo pasar al mexicano, sino que protagonizó una sonada pifia al deslizarse y perder el control del coche en la ‘chicane’, dañando el alerón delantero de su coche a falta de nueve vueltas para el final. Motivo por el que tuvo que volver a parar, perdiendo seis plazas de golpe, regresando a pista en novena posición y sirviéndole el podio en bandeja a Norris. Un cajón que le da aire a McLaren, casi tan alejado como Mercedes de los puestos a los que aspiraban antes del arranque del curso.
Leclerc apenas pudo minimizar el desastre al final, acabando sexto una carrera en la que Ferrari, muy superior el viernes, en mojado, conservó ambos lideratos -también el de constructores-, pero no pudo brindarle a su afición los resultados deseados. Russell sacó petróleo con su cuarto puesto y el finlandés Valtteri Bottas (Alfa Romeo) dio por buena la quinta plaza final.
El gran festival se lo pegó Red Bull, que tras un complicado comienzo de temporada, respondió a la exhibición de poderío en el arranque de año de la escudería más laureada de la historia. Este domingo, de golpe, replicó el ‘doblete’ de Ferrari en Baréin, al tiempo que Verstappen emuló el ‘Grand Chelem’ logrado en Australia por Leclerc, de idéntica edad que él y con el que lleva protagonizando deportivas batallas desde que ambos eran unos hábiles y aguerridos infantes.
La emoción se traslada ahora a los Estados Unidos. La siguiente carrera, el Gran Premio de Miami, se disputará en la citada localidad de Florida el próximo 8 de mayo, en el circuito alrededor del Hard Rock Stadion, donde juegan como locales los Miami Dolphins, equipo de la NFL, la liga profesional de fútbol americano.