En un escenario que se iluminaba y oscurecía como un día que comienza y termina, Hacia el alba –la más reciente propuesta de la agrupación Cuerpo Abierto– ofrece este fin de semana una experiencia conmovedora en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes (CENART), institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
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La coreografía, que forma parte del ciclo “Construyendo rampas”, visibiliza las emociones y capacidades creativas de las personas con discapacidad intelectual, a través de la danza contemporánea.
Con una atmósfera que oscila entre la ternura, el juego, el erotismo y la introspección, los intérpretes, entre ellos personas con síndrome de Down, discapacidad intelectual o discapacidad visual, establecieron un diálogo fraternal y protector sobre el escenario.
Movimientos suaves y sincronizados, a veces con el apoyo de sillas como único elemento escénico, daban vida a una pieza en la que el amor, la fragilidad y la esperanza fluían con naturalidad. La propuesta muestra cuerpos que aparecen y desvanecen entre las sombras, en provocaciones que incitan a explorar lo que a la luz del día pareciera prohibido: los afectos, los erotismos y el deseo por otro cuerpo.
La codirectora de Cuerpo Abierto, Rita María, explicó la esencia de la compañía, que desde hace años ha roto estereotipos en el mundo de las artes escénicas. “Nosotros buscamos primero visibilizar la condición de discapacidad intelectual y después que nuestros bailarines justamente se presenten como intérpretes, como artistas”, señaló con firmeza tras finalizar la primera función, entre aplausos y muestras de apoyo del público.
Hacia el alba es el resultado de un año de trabajo y dedicación en torno a la construcción de vínculos afectivos entre personas que, en muchos casos, son invisibilizadas por la sociedad.
A través de una narrativa simbólica, la coreografía aborda la espera, la ilusión y la ensoñación, con cuerpos que se buscan, se sostienen y se protegen en el escenario. “La obra está basada en imágenes y en la expectativa… en esos momentos donde lo prohibido y lo íntimo encuentran su lugar”, detalló Rita María.
Las escenas estuvieron acompañadas de una cuidada iluminación, en la que la penumbra y el resplandor daban significado a los momentos más emotivos de la pieza. En un momento, la simulación de una fina lluvia parecía simbolizar la tristeza y las incertidumbres del amor, mientras que, en otras, la calidez de la luz invitaba a imaginar encuentros y reconciliaciones.
Para la compañía, lo que alguna vez inició como clases terapéuticas, enfocadas en la coordinación y la memoria, se transformó en una plataforma para visibilizar las capacidades artísticas de una comunidad con singularidades creativas únicas.
Al término de la función, las y los asistentes aplaudieron de pie a los intérpretes, que regresaron entusiastamente al escenario. “Es una experiencia muy especial porque no se trata solo de danza, sino de ver lo humano, lo frágil y lo poderoso que pueden ser los cuerpos cuando se expresan”, comentó una espectadora al salir del teatro.
Cuerpo Abierto invita a seguir su labor artística a través de sus redes sociales, en las que comparten actualizaciones y futuros proyectos: Facebook (facebook.com/cuerpoabiertocolectivo), Instagram (instagram.com/cuerpo_abierto/) y TikTok (tiktok.com/@cuerpoabierto).
Hacia el alba concluye su temporada este fin de semana, con funciones el sábado 14 de diciembre a las 19:00 h y el domingo 15 a las 18:00 h, en el Teatro Raúl Flores Canelo del CENART. Los boletos tienen un costo de 150 pesos, con descuentos disponibles para estudiantes, maestros, personas con discapacidad y adultos mayores.