Este lunes, la agencia HR Ratings reafirmó la calificación de la deuda mexicana de largo plazo en moneda extranjera en BBB+, modificando la perspectiva de estable a negativa, esto es, dos niveles por encima del grado especulativo.

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Al respecto, la calificadora destacó el compromiso del Gobierno de México con la reducción del déficit fiscal para el próximo año, conforme lo presentado en el proyecto del Paquete Económico 2025.
HR Ratings precisó que la modificación de la perspectiva a negativa, “responde a menores expectativas de crecimiento y los desafíos asociados a la consolidación fiscal y al entorno global”.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público sostuvo que dicho cambio de perspectiva, “no significa una rebaja en la calificación”.

En cuanto a las precisiones de la decisión de la firma, la dependencia responsable de las finanzas del país, consideró que “el panorama de crecimiento para México es positivo, dado que los choques de oferta han comenzado a disminuir y la producción industrial ha mostrado un mejor dinamismo desde la segunda mitad del año”.

Por tal motivo, “nuestro pronóstico de crecimiento, presentado en el Paquete Económico para 2025, se mantiene entre 2% y 3%, sustentado en la fortaleza de la demanda interna, el apoyo de los programas sociales y la inversión en sectores estratégicos”.

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Hacienda reiteró que el Paquete Económico se elaboró “sobre una base realista y prudente, considerando la situación económica actual y los riesgos tanto internos como globales”. Señaló que se establecieron proyecciones que garantizan una consolidación fiscal responsable, tanto a corto como a largo plazo.
Asimismo, sostuvo que México es el principal socio comercial de Estados Unidos, y el T-MEC “proporciona un marco de certidumbre para las inversiones nacionales e internacionales”.

La dependencia que encabeza Rogelio Ramírez de la O, señaló que la deuda del Gobierno de México “mantiene un atractivo sólido en los mercados internacionales, demostrando un perfil resiliente ante las fluctuaciones económicas y la volatilidad financiera”.

Hace una semana, la calificadora Moody’s Ratings cambió también la perspectiva de la calificación de México de “estable” a “negativa”, pero ratificó la nota en “Baa2″. La acción se debe a un debilitamiento de la formulación de políticas y a un entorno institucional que corre el riesgo de socavar los resultados fiscales y económicos.

En julio de este año, Fitch Ratings afirmó la calificación soberana de México en “BBB-” con perspectiva estable, aunque destacó que las debilidades del país se encuentran en su crecimiento de largo plazo y riesgos relacionados con Pemex.

Antes, en febrero pasado, la firma S&P Global ratificó la calificación de la deuda soberana de largo plazo de México en moneda extranjera y local en BBB y BBB+, respectivamente. Ambas, con perspectiva estable, por lo que se estimó que la agencia deje estable la calificación durante los próximos 12 a 18 meses.

De manera adicional, “México cuenta con los amortiguadores fiscales necesarios para mitigar posibles escenarios adversos en el entorno global, reafirmando el compromiso de la Secretaría de Hacienda con una gestión prudente que reafirma la fortaleza de las finanzas públicas y la sostenibilidad de la deuda”.
Otras calificadoras son Verum, DBRS y AM Best.

Cabe señalar que la calificación de deuda que impacta más en la economía nacional es la que otorgan alguna de las tres grandes empresas calificadoras globales a la deuda del gobierno, que son Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch.

La calificación soberana se refiere a la capacidad y disposición de que los gobiernos cumplan con las obligaciones de su deuda. No califican la popularidad de los gobernantes, tampoco la manera en que se utiliza la deuda; se refiere solo a la probabilidad de que cumpla con el pago de su deuda.