AIDA RAMÍREZ
Foto: Cuartoscuro
Ante la decisión del Banco de México (Banxico), desde junio de 2021 a diciembre de este año, de incrementar la tasa de referencia en 650 puntos base, pasando así de 4.00 a 10.50 por ciento, es en los últimos meses cuando ya se ha empezado a reflejar dicha decisión en el aumento en las tasas de interés de los créditos bancarios.
Y es que, la Asociación de Bancos de México (ABM) –con base en información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y del propio Banxico–, señaló que prácticamente en todos los portafolios ya se registra un aumento de tasa en créditos nuevos, y si bien las alzas menores, en los créditos como los hipotecarios ya se acercan nuevamente a los dos dígitos; pero en los créditos otorgados a grandes empresas es donde ya se observan incrementos considerables.
Lo anterior, porque en el año de octubre del 2021 a octubre de 2022, se observó un aumento de 4.66 puntos porcentuales para ubicarse en un promedio de 10.41 por ciento.
Asimismo, según la información de la cúpula del sector bancario en el país, otro segmento que registra el mayor incremento de tasa, es el de créditos personales, con un aumento de 2.95 puntos en el periodo para ubicarse en 42.19 por ciento a octubre pasado.
En ese sentido, respecto a los créditos para micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) se observó un incremento en el periodo de 2.84 puntos, para quedar en 11.61 por ciento; y el del automotriz fue 1.47 puntos para ubicarse en 14.07 por ciento.
Mientras que otros créditos de consumo como la tarjeta de crédito y de nómina, el incremento en la tasa ha sido menor, con un alza de 1.05 y 0.40 puntos respectivamente entre el periodo que se comenta, para quedar en 33.99 y 27.8 por ciento al cierre de octubre de esta anualidad.
Y en cuanto a los créditos para vivienda –cuya tasa toma como referencia el Bono M10–, el incremento ha sido de apenas 0.37 puntos porcentuales para ubicarse en un promedio de 9.63 por ciento, cuando las tasas llegaron a estar por debajo del 7.0 por ciento en la pandemia por Covi-19, según la información de la Asociación.
Pero las instituciones bancarias que operan en el país no descartan que en breve, en la cartera de vivienda ya puedan verse tasas de doble dígito, esto es, sobre o arriba de 10 por ciento, luego de estar por mucho tiempo en niveles históricamente bajos.
Así, la banca sostiene que el moderado impacto en el costo del crédito tras la constante alza de la tasa de referencia por parte del Banco de México (Banxico) para tratar de contener la elevada inflación, obedece, en parte, a la competencia que hay en el sector.
Lo anterior, sumado a la buena gestión de riesgos, hoy la mayoría de los nuevos créditos que coloca la banca son a tasa fija, pero además, las tasas bancarias aumentan en menor proporción que la tasa de interés de referencia, lo que ha permitido el dinamismo en el sector de consumo.
Por otro lado, la Asociación ha señalado que, desde la crisis por la pandemia de Covid-19, el Índice de Morosidad (IMor) no se ha visto en niveles preocupantes, pues mucha de la gente se preocupó más por pagar sus créditos que por contratar nuevos o acrecentar sus deudas.
Al respecto, se sostiene que con la apertura de todas las actividades económicas en el país y a nivel internacional, e incluso con el aumento en tasas de interés tanto bancarias como de referencia, la colocación de nuevos créditos sigue con buen ritmo, y el Índice de Morosidad muestra estabilidad sobre 2.5 por ciento.
Desde octubre pasado, Daniel Becker Feldman, presidente de la ABM, aseguró que el impacto del aumento en la tasa de interés del banco central sobre las tasas de los bancos no ha sido lineal, sino más bien marginal, porque en la banca existe competencia en los servicios ofertados y a que los bancos no han transmitido el alza en la tasa de interés de cada producto al costo final a los usuarios, “pero eso no significa que esto no se pueda modificar”, advirtió entonces.
Apenas la semana pasada, el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF) advirtió que si bien el sistema bancario mexicano permanece sólido, de materializarse algunos riesgos, como un mayor debilitamiento de la demanda interna y que se afecte el dinamismo de las exportaciones, la morosidad de algunos segmentos de crédito podría incrementarse.