La Guardia Nacional ha intensificado su presencia en los cruces fronterizos de Mexicali, implementando nuevos operativos de seguridad que incluyen 11 agentes de escala básica, tres elementos de tropa motorizada y un binomio canino especializado. Los controles se establecen en tres puntos estratégicos: dos en la ciudad y uno en la zona Valle, específicamente en el poblado Los Algodones, marcando un fortalecimiento significativo en la vigilancia fronteriza.

LEE ADEMÁS: Revelan el motivo por el que Sergio Ramos no vivirá con su familia en México

Los nuevos protocolos de revisión, que no exceden los tres minutos por vehículo, incluyen inspecciones con espejos y el apoyo del can detector “Tokio”, especializado en la identificación de armas y drogas. Este refuerzo se suma a las operaciones que la Guardia Nacional viene realizando desde hace tres años, donde 88 agentes ya trabajaban en los puntos de ingreso, enfocándose en prevenir el tráfico de armas y mercancías ilegales.

Mientras tanto, en la frontera sur, activistas y organizaciones de derechos humanos denuncian una crisis creciente en el sistema de atención a migrantes. Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, señala irregularidades en los procesos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y el Instituto Nacional de Migración (INM), donde los migrantes enfrentan obstáculos significativos para regularizar su situación legal.

La situación en Tapachula resulta particularmente crítica, con deportaciones diarias hacia la frontera de Corintios entre Guatemala y Honduras. Los activistas denuncian que la Comar mantiene a los migrantes en un limbo jurídico, mientras el INM realiza detenciones en colonias populares. Este contraste entre el refuerzo de controles en la frontera norte y la crisis humanitaria en el sur refleja los complejos desafíos que enfrenta México en materia migratoria.