Nacido en La Habana, Cuba, Octavio de la Grana llegó a Estados Unidos a los 6 años de edad. Su amor por el baloncesto lo llevó a convertirse en cazatalentos y fue así que a partir de la temporada 2006-07 se unió al Miami Heat. Desde entonces ha visto desfilar a cientos de jugadores, pero muy pocos tienen la mentalidad de Jaime Jáquez Jr., a quien ahora mismo lo ve como una potencial estrella de la NBA.

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El cubanoestadounidense ha sido parte esencial del crecimiento de muchos jugadores, ya que gracias a sus conocimientos los ha ayudado a alcanzar su máximo potencial y a sumar su talento al equipo. De esta manera, su papel es clave en el desarrollo del mexicoestadounidense que está por comenzar su segundo año en la liga con el equipo de la Florida.

“Jaime es uno de los muchachos más preparados que entró aquí, los cuatro años de colegial le ayudaron pero entró aquí como un veterano. Mentalmente siempre presta atención y el momento nunca ha sido muy grande para él. Entró a jugar y a lo que los técnicos le digan, marcar a (Kevin) Durant o a quien sea, no tiene miedo a nada. El impacto que ha tenido en Miami ha sido grandísimo”, afirmó de la Grana en una videoconferencia con medios mexicanos previo al México City Game del próximo 2 de noviembre entre el Heat y Washington Wizards.

“Creo que Jaime no tiene presión nunca. Entra a las prácticas con confianza, callandito pero con confianza, le da mucho valor que no tenga presión. Hay que competir y jugar defensa y sabe que ha destacado en esa situación. ¿Compararlo? No tengo un pase para tirarlo pero ha mejorado su tiro de tres y sus ataques son agresivos, eso nos ha gustado a nosotros.Tiene confianza y (al coach Erik) Spoelstra le gusta eso, que sea agresivo, que si pierde la pelota no pierde concentración. En la mente siempre está preparado para competir”, agregó.

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Entre su curva de adaptación a la liga y al sistema del equipo, lesiones y todo lo que conlleva el primer año de un basquetbolista, el joven de 23 años de edad disputó 20 partidos como titular con Miami en su primera temporada, misma en la que promedió 11.9 puntos, 2.6 asistencias y 3.8 rebotes con un 48.9% de tiros de campo y un 32.2% desde el rango de tres puntos. Ahora, peleará por ser el mejor sexto hombre e inclusive, por la titularidad.

“Está preparado, puede ser abridor o salir del banco, pero en la alineación lo puedes poner como titular o relevo desde el banco y está preparado. Él no cambia la cara, siempre tiene cara muy balanceada y eso ayuda mucho a jugadores jóvenes, a él no le importa salir del banco, solo ganar. Contamos con él, salir al juego es más importante que abrir el juego pero estoy seguro que será abridor en el futuro”, aseguró.

Pero todo este crecimiento del californiano de raíces mexicanas, quizás no sería posible de no ser por esa llamada Heat Culture que ha ayudado a potenciar a jóvenes prospectos que quizás en otros lados habrían perdido la brújula, pero al llegar a la disciplina de Miami, logran alcanzar su máximo.

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“Hemos tenido la oportunidad, cuando entra un jugador al edificio y al gimnasio, estamos para ayudar al jugador con la chance desarrollar su juego, mentalmente, físicamente, o recuperarse alguna herida. Es una oportunidad de ser el mejor jugador que pueda ser, nosotros les damos los espacios, entonces cuando llegamos a la cancha, llegan desarrollados, hasta con dietas. Tenemos un plan que cubra al jugador por completo, sé que es difícil, una cosa es llegar a la NBA y otra quedarse en la NBA. Lástima que se van pero han pasado por aquí y se han destacado y se quedan después en la NBA”, compartió y contó cuál ha sido particularmente el trabajo físico con Jaime.

“Tenemos un expediente de Jaime, puede estirarse. Tiene un plan para que pueda tirar, correr, brincar o lo que digan los médicos o fisios, es lo que hacemos. Hay veces que debemos proteger a Jaime de Jaime, pues muchas veces no quiere perderse entrenamientos o juegos, entonces tenemos que ver primero con médicos qué puede hacer porque no podemos tener a un jugador que algo no está correcto en el cuerpo, lo que no vamos a hacer nunca es regarle la carrera un jugador por jugar una noche”, sentenció.