Kris Boyd, esquinero de los New York Jets, quien fue herido de bala en el abdomen en un tiroteo hace dos semanas, anunció que regresó al hospital por complicaciones de salud.
“No he podido hablar mucho. Sólo quiero compartir que me dieron de alta, pero tuve que regresar al hospital debido a mis problemas de salud”, anunció el jugador.
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La madrugada del 16 de noviembre, Boyd, de 29 años, quien había salido a divertirse con un grupo de amigos, resultó herido de gravedad en un tiroteo registrado en el centro de Manhattan.
La bala terminó alojada en su pulmón, pero para el día 19 evolucionó favorablemente. Comenzó a respirar por sí solo, lo que permitió que el miércoles anterior fuera dado de alta. Sin embargo, a través de su cuenta de X anunció que sería internado de nuevo debido a complicaciones.
“Quiero y agradezco a todos los que han orado o se han comunicado conmigo, incluso si no he podido responderles. ¡Con la cabeza en alto, Dios aún no ha terminado conmigo!”, expresó.
El Departamento de Policía de Nueva York identificó al posible tirador la semana pasada, pero hasta este sábado no ha hecho ningún arresto, por lo que la investigación sigue en curso.
Kris Boyd, exestrella de los Texas Longhorns, cumple siete años en la NFL. Esta es su primera temporada con los New York Jets, franquicia con la que firmó un contrato de 1.6 millones de dólares por una campaña, en la que no ha debutado por una lesión de hombro sufrida en pretemporada.
Antes de llegar a los Jets, Boyd jugó con los Minnesota Vikings —equipo que lo reclutó en el Draft 2019— hasta 2022. Pasó a los Houston Texans en 2023 y jugó con los Arizona Cardinals el año pasado.
En su carrera acumula 105 tackleadas, dos balones sueltos forzados, cinco recuperados y tres pases defendidos.




