Fotos: Aracely Martínez En medio de una situación sin precedentes, en donde el vecino país del norte, Estados Unidos, trata de cambiar las directrices de la economía mundial, también tiene uno de los sectores financieros más fortalecidos del orbe, asevera el presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Julio Carranza Bolívar.
La Banca mexicana lleva creciendo a doble dígito durante los últimos 20 años, pero además, en la actualidad, la banca es parte de la solución de múltiples situaciones que se viven en México; tiene una mejor regulación, porque el índice de capitalización es del 19.5% cuando se requiere 10.5%; el índice de liquidez es del 300% cuando se pide que sea de 100%, en tanto que la cartera vencida es de 2.0%, “a pesar de toda la inestabilidad económica mundial que nos afecta.
“Algo se está haciendo bien, ¿no? El manejo de riesgos, control de la actividad bancaria, un buen diálogo con nuestros supervisores y reguladores, como la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria, el Banco de México, existe el IPAB y la Condusef”.
En entrevista con Ovaciones, recuerda que a su gestión le tocó las elecciones presidenciales y el cambio de gobierno en México, en 2024; así como los comicios y la llegada de Donald Trump en Estados Unidos, que asestó “los trancazos” con la aplicación de los aranceles y su relación comercial con prácticamente todo el mundo.
Amable y con mirada y sonrisa transparentes, en sus oficinas de la ABM, dejó claro que si se quiere colocar más crédito y que éste sea más barato, como recién “propuso, pidió y no como una imposición”, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, se deben establecer las condiciones para reducir la informalidad entre las pequeñas y medianas empresas.
Es más, adelantó que en la 88 Convención Bancaria, ahora en Nuevo Nayarit-Vallarta, y en donde pasará la estafeta a Emilio Romano Mussali, presidente de Bank of America, se firmará un gran acuerdo con el Gobierno federal para apoyar a las pequeñas empresas del país, que generan ocho de cada 10 empleos, pero también, reciben 14 pesos de cada 100 pesos de crédito.
“Pero, ¿por qué pasa esto? No porque la Banca quiera. La Banca lo que quiere es colocar más crédito, pero muchas de las pequeñas empresas están en situación de informalidad y justo eso es lo que tenemos que trabajar con nuestro Gobierno. Más de tres millones de pequeñas empresas son informales y necesitamos darles educación financiera, oportunidad para que se formalicen y por ello tengan mejores condiciones para obtener un crédito para crecer”, afirma.
Julio Carranza explica que el riesgo de cada empresa o cada persona “nos lleva a (aplicar) una tasa mayor o a una tasa menor, dependiendo del riesgo de impago“; de ahí que la Banca deberá trabajar con la Banca de desarrollo para encontrar nuevos caminos que permitan que más empresas y personas tengan más oportunidades de crédito con tasas más bajas.
Por eso, también deja claro que no es la Banca la que decide el alza o baja de tasas de interés, sino el Banco de México por una cuestión de política monetaria y también situaciones internacionales, pues señala que antes de la pandemia por Covid-19, había una estabilidad, y la crisis económica que se generó entonces, que cortó cadenas de suministro, propició un incremento de dichas tasas, y “de un mundo globalizado, pasamos a uno regionalizado, que ahora se revisa con toda esta situación de los aranceles que impone Estados Unidos a otros países”.
De ahí que pone un alto y señala: “cuando viene la pandemia suben las tasas. Pero no las sube la Banca, suben a nivel mundial; no fue la Banca para ganar más, fue una consecuencia de la pandemia, de la inflación y de la caída tan importante de los mercados en aquel entonces”.
El experimentado banquero, presidente del Consejo de Administración de BanCoppel, también artífice en la creación y operación de Ixe y Banco Azteca, y quien ocupó posiciones directivas en Bancomer -ahora BBVA México- y Citi, dijo que deja a su sucesor varios cambios favorables al interior de la ABM, como la posibilidad de que se reelija por un periodo más, la ampliación de los participantes en el Comité de Dirección, así como oficinas renovadas en sus oficinas en el Centro Histórico, y una relación y diálogo diferente con la actual Presidencia de la República.
“Es una gran oportunidad para nosotros como Banca, el que haya precisamente la posibilidad de plantear situaciones distintas, de que haya una situación de diálogo y no de imposición de las cosas, porque creo que todos tenemos mucho que aportar.
“Por ello, me voy muy contento de lo que ha pasado estos dos últimos años y de lograr que la Convención Bancaria sea itinerante, que vaya a las diferentes regiones del país”, como ya sucedió hace dos años cuando se efectuó en Mérida, Yucatán, pero aseguró que la Convención regresará a Acapulco, Guerrero, puntualizó Carranza Bolívar.
