Checo Pérez ha hecho de su mentalidad acero una de sus mejores armas en medio del caótico mundo de la Fórmula 1. Con ese rígido blasón, soportó los embates durante 14 temporadas en la máxima categoría hasta su estrepitosa salida de Red Bull Racing el año pasado. Y ahora, con esa misma determinación afrontará su regreso al Gran Circo en 2026 con Cadillac.

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En un paso más hacia la materialización del ambicioso proyecto del naciente equipo estadounidense, el piloto mexicano visitó esta semana por primera vez la sede de Cadillac en Silverstone, lo que marcó un hito en la preparación para su incursión en la F1. La visita se produjo después de que, en agosto, fuera anunciado oficialmente como piloto titular del nuevo equipo estadounidense.

Sin embargo, el optimismo inicial del jalisciense de 35 años choca con las voces escépticas dentro del paddock. Mientras Pérez expresa su firme creencia en que Cadillac F1 está en una posición excelente para asegurar puntos desde su debut, James Vowles, director del equipo Williams, advierte sobre los enormes desafíos que enfrenta cualquier nuevo participante.

“Ya saben cuáles son nuestras pérdidas (de Williams). Lleguemos al punto en que este deporte sea sostenible, donde haya 10 equipos que logren al menos el punto de equilibrio. No me refiero a ganancias, solo al punto de equilibrio. Y esa era mi petición. Creo que es un poco pronto para incorporarlos, creo que Cadillac es una marca fuerte y una buena opción para incorporar. Pero como resultado, van a tener dificultades. Eso creo. Hoy en día, en la Fórmula 1 actual, es difícil ser competitivo”, comentó en el podcast Business of Sport.

De esa manera, Vowles ha dejado en claro que la entrada de Cadillac se produce de manera muy acelerada y que sus expectativas podrían ser altas para un equipo nuevo que se construye desde cero. Ese escepticismo se enmarca en un contexto de grandes expectativas, a pesar de los pronósticos externos al equipo.

En general, la temporada 2026 está llamada a ser un punto de inflexión en la categoría reina, con la introducción de cambios regulatorios radicales en el chasis y las unidades de potencia. Este revolucionario escenario, que podría alterar el orden establecido, es el telón de fondo perfecto para el debut de Cadillac en la F1.

El equipo no solo contará con la experiencia de Sergio Pérez, sino también con la de su compañero, el finlandés Valtteri Bottas, binomio que será una de las parejas de pilotos más experimentadas de la parrilla. Completa el proyecto la estrella estadounidense de IndyCar, Colton Herta, quien se desempeñará como piloto de pruebas mientras disputa su primera temporada completa en la Fórmula 2.

Cadillac se convertirá en el primer equipo nuevo en unirse a la F1 desde Haas en 2016, pero su filosofía es diametralmente opuesta. Mientras Haas optó por un modelo de equipo cliente, comprando componentes clave, la ambición de Cadillac es a largo plazo y poder construir su chasis además de, eventualmente, sus propias unidades de potencia de manera interna, tras un período inicial como cliente de Ferrari.